El Arte de Escribir


Escribir un libro, una carta, un diario o cualquier cosa en un blog, es terapéutico porque puede darle sentido a la existencia; ser útil para conocerse más y tener más conciencia del propio potencial, puede ayudar a aceptar las limitaciones y a desahogarse de las cuestiones propias sin resolver y puede ser la mejor manera de superar dolores, desilusiones y frustraciones.

Escribir exige concentración y atención, de modo que es una forma de meditación que calma la ansiedad y vence la obsesión.

Sin lugar a dudas, escribir es una actividad sanadora porque permite hacer que la energía reprimida haga catarsis.

Lo único que se necesita para escribir es tener algo que decir y hacerlo de la manera más sencilla, sin palabras difíciles ni frases deslumbrantes, pero con la claridad suficiente que demuestre la intención de que todos entiendan.

La palabra escrita es liberadora y refleja la interioridad; es como una radiografía del alma que expresa con fidelidad los sentimientos y muestra la imagen más genuina de uno mismo.

En la escritura se revela el inconsciente y la forma de pensar y de ver la vida, si se es pesimista u optimista, compasivo o vengativo, humilde o ambicioso, sincero o mentiroso.

Todos somos escritores en potencia pero hay muchos que creen que no pueden hacerlo, porque piensan que no tienen nada que decir, como si fueran sombras que pasan por la vida sin dejar ningún rastro y nunca experimentaran ninguna sensación, ningún dolor ni ninguna emoción.

Desde la edad de piedra el hombre ha intentado transmitir mensajes y comunicar lo que siente a través del dibujo. Las pinturas rupestres reflejan cómo era la realidad del hombre antiguo que ya desde entonces tenía la necesidad de contar su quehacer cotidiano y de plasmar sus creencias.

Al escribir se puede llegar a sentir la extraña sensación de que el tiempo se detiene y que se puede penetrar el profundo silencio de la eternidad; para que los oídos sólo puedan escuchar, la voz interior de la inspiración.

Numerosos estudios científicos exploraron los efectos de la escritura sobre las enfermedades, mostrando por ejemplo que pacientes asmáticos que escribieron sobre sus experiencias traumáticas mejoraron su función pulmonar en forma significativa y lo mismo ocurrió con quienes sufrían de artritis reumatoidea

La escritura también permite liberarse de los pensamientos recurrentes y ayuda a llevarlos a la acción; mientras el cerebro trabaja para favorecer el bienestar y recuperar la energía que necesita para seguir viviendo.

Los expertos opinan que las personas que escriben sobre sus experiencias emocionales dolorosas se sienten mejor, están más sanas y tienen una mejor respuesta inmunológica.

Los escritores más leídos son los que escriben los detalles de sus tortuosas existencias; como el médico psiquiatra Víctor Frankl que sobrevivió los horrores del campo de concentración nazi gracias a la escritura; y cuando le prohibieron escribir continuó haciéndolo con su imaginación, guardando todos los detalles en su mente.

La escritura es una extraordinaria herramienta para superar la adversidad y la forma terapéutica de hacerlo es en primera persona e imaginando un final feliz.

Si lo analizamos, cada personaje literario resulta ser una faceta diferente del autor, inspirada por una circunstancia personal o por una experiencia vivida por otro que lo conmovió. Como ocurre en la psicoterapia cada obra tiene una introducción, un desarrollo conflictivo y una resolución, que si es positiva le permitirá al autor tomar contacto con la parte más sana de sí mismo y vivir mejor.

Malena