El Trabajo a Distancia


Según la consultora Carrier y Asociados, en Argentina ya hay más de un millón seiscientas mil personas que trabajan en empresas a distancia, y este número crece alrededor de un 20% cada año.

Este cambio en las condiciones de trabajo proporciona la ventaja de gozar de libertad de horario, de ahorrar tiempo, gastos de transporte y de comida, desembolsos que representan un 20% del salario, de favorecer un mayor contacto familiar, y de no tener que enfrentar el tránsito a las horas pico.

La nueva modalidad laboral es posible gracias a los adelantos tecnológicos en comunicación, como los dispositivos portátiles, los teléfonos celulares e internet, que hace que los que optan por esta forma de trabajar sólo tengan obligación de cumplir los objetivos, pero no horarios fijos.

El teletrabajo evita las llegadas tarde por problemas de tránsito, disminuye el ausentismo y se puede hacer desde cualquier parte; representando un cambio cultural que puede ser difícil de aceptar para quienes consideran el trabajo como la obligación de ir a cierto lugar y cumplir un horario todos los días, pero no para las nuevas generaciones que ven con naturalidad trabajar por objetivos desde el lugar en que se encuentran.

La mayoría de los que adoptan este sistema de trabajo son profesionales o personal autónomo, porque sólo un 10% mantiene relación de dependencia con la empresa.

Esta metodología es promovida por el Ministerio de Trabajo mediante el Programa Piloto de Seguimiento y Promoción del Teletrabajo en Empresas Privadas, que beneficia a los que adopten este sistema con beneficios fiscales y reducción de aportes previsionales cuando emplean a personas mayores de 45 años.

Las empresas ahorran hasta el 64% del costo anual por cada empleado, ya que pueden desenvolverse en oficinas más pequeñas que generan menos gastos de mantenimiento, menos consumo de energía, menores impuestos, menos gastos de papelería, teléfono y cafetería.

Por otro lado, cada vez más personas generan sus ingresos vendiendo productos por Internet, proporcionando miles de puestos de trabajo por año, ya que los vendedores tienen por lo menos un colaborador.

Esta nueva forma de encarar el trabajo, solos, pero a la vez acompañados por personas de distintos lugares, que jamás conocerían por otros medios, se está convirtiendo en el modo de vida de mucha gente de cualquier edad y condición que no tendrían otras posibilidades si desearan trabajar de la manera tradicional.

La edad, la obesidad, el aspecto físico, la vestimenta, ya no tienen importancia en este ámbito que parece ser el único que no discrimina y que sólo requiere contar con una computadora, banda ancha y tener motivación y lucidez mental ara desenvolverse.

Es importante también aprender a ser lo suficientemente organizado como para separar los requerimientos domésticos del trabajo y fijarse un horario tanto para la actividad laboral como para los descansos, cuidando que el entusiasmo no los deje caer en el aislamiento.

Este importante cambio cultural se ha vuelto irreversible por las ventajas que representan las conexiones a Internet de alta velocidad, la posibilidad de elegir distintos espacios físicos para trabajar, el hogar, un bar, un lugar de veraneo, etc., ya que permite cumplir con las tareas desde cualquier parte, y brinda la posibilidad de llevar archivos virtuales que no ocupan lugar y con casi nada de papelería.

Malena

Fuente: LNR; abril 2011; “La Oficina Itinerante”; María Gabriela Ensinck.