Aumenta el consumo mundial de alcohol


Ser moderado con el consumo de alcohol es una actitud que se aprende y que se puede convertir en un estilo de vida siendo moderado en todo.

Consiste en aprender a apreciar las cualidades de la bebida que se consume, saborearla, reconocerla y reservarla para el momento adecuado, ya sea para acompañar las comidas en su justa medida o para compartirla con familiares y amigos en alguna celebración, manteniendo el control y actuando con responsabilidad.

Sin embargo, el consumo de alcohol se está incrementando en el mundo en forma alarmante, llegando a preocupar a muchos países.

Beber una cierta cantidad de bebida alcohólica todos los días puede ser positivo, pero el consumo desmedido tiene efectos nocivos para el organismo; porque el alcohol es la droga que produce mayor deterioro orgánico, llegando a destruir todos los órganos.

La mayoría de los accidentes de tránsito que se producen los fines de semana, en la ciudad de Buenos Aires, se deben al consumo desmedido de alcohol; y un 20% de la población entre los 19 y 34 años, abusa de las bebidas alcohólicas, siendo los consumidores cada vez más precoces. Estas cifras las dio a conocer el GCBA de enero 2010, a través de la Dirección de Políticas Sociales en Adicciones sobre Consumo de Alcohol y Accidentes de Tránsito.

Los adolescentes entre 15 y 16 años han comenzado a reemplazar las gaseosas por cerveza y frecuentemente abusan de esta bebida los fines de semana.

El consumo de alcohol se relaciona con los eventos sociales y los festejos, ocupando la cerveza el primer lugar, el vino el segundo y siguiendo a esas bebidas están los espumantes, la sidra y los aperitivos.

La dieta mediterránea reúne los mejores hábitos de consumo, habiendo descendido actualmente en Europa la ingesta de alcohol, al preferir los consumidores vinos de mejor calidad para saborearlos en forma medida acompañando las principales comidas y para disfrutarlos en reuniones sociales.

El sector industrial dedicado a la producción de vinos está participando en una campaña para reducir los daños que produce el alcohol difundiendo una nueva versión cultural del vino, para beberlo con moderación solamente en las circunstancias que lo justifiquen.

Es indispensable que los jóvenes estén debidamente informados de las estadísticas actualizadas de los últimos datos científicos sobre los daños graves que produce el abuso de alcohol y de los beneficios que reporta a largo plazo su consumo moderado.

Es necesario que las campañas publicitarias no asocien el alcohol con el éxito social o sexual, con la liberación de las inhibiciones ni con la posibilidad de ser aceptado; porque es habitual que los jóvenes se inicien en la bebida con estos propósitos. En cambio se puede relacionar la bebida con las celebraciones, la amistad y el buen gusto y con la posibilidad de elegir bien lo que se decide tomar, en el caso del vino, reconociendo su calidad, su procedencia, sus cualidades, su historia, su antigüedad y sus raíces.

Una medida moderada de alcohol en el momento justo puede alegrar el espíritu, pero tomado sin control sólo produce infelicidad, violencia, accidentes y el deterioro de los vínculos.

Malena