El Rol del Padre


Aunque cambien las formas, el rol del padre en la historia de la humanidad, supera el paso del tiempo, porque para un hijo su verdadero padre siempre será esencial e insustituible, aun en el caso que otro tenga que asumir esa responsabilidad; porque en esa circunstancia el rol del sustituto será distinto.

El que no ha experimentado nunca la presencia de su padre, la necesidad de su búsqueda nunca será saciada y permanecerá para siempre en su interior motivando sus acciones.

La presencia del padre simbólicamente representa el pecho materno, porque su rol, su cercanía, su interés y su cuidado, es lo que afianza las bases de la identidad sexual y de la autoestima; y no importa cómo esté constituida la pareja sexualmente, porque socialmente cada uno adoptará un rol distinto y no faltará para los hijos la imagen de lo masculino y de lo femenino.

Tal vez en otras épocas, por cuestiones culturales, las mujeres acaparaban la mayor atención de sus hijos, porque además de llevarlos en sus vientres, eran las que los amamantaban, los criaban y los educaban; pero no en esta época, en que tanto el hombre como la mujer colaboran a la par para la crianza de los hijos. Sin embargo, el rol esencial del padre, seguirá siendo esencialmente distinto.

Ser padre trasciende el sexo que se tenga e inclusive el acto sexual que lo hace posible porque hoy en día existen muchas maneras de concebir un hijo; sin embargo, el rol de padre no se modifica, porque significa hacerse responsable por el bienestar, la crianza, la educación y el sustento de los hijos, y ser el encargado de poner las reglas y de hacerlas cumplir.

Un padre no es sólo aquel que intenta hacer lo mismo que una madre con los hijos, cambiar pañales, darles de comer y llevarlos al colegio; el rol de un padre además incluye ayudarlos a conocerse internamente y orientarlos hacia su realización personal, más que a responder al cumplimiento de mandatos externos, lo que al mismo tiempo le brindará la oportunidad de elaborar aspectos poco desarrollados de él mismo.

El rol del padre es esencial para que sus hijos incorporen valores morales, por eso es tan importante su conducta, porque es el espejo donde ellos se reflejarán. Es una función intransferible que aporta elementos únicos para el normal crecimiento de los hijos y representa un trabajo arduo de tiempo completo porque cumpliendo con su trabajo también están brindando una imagen de ellos mismos.

La gratificación de ser un buen padre será haber ayudado a sus hijos a desarrollar su potencial para ser personas útiles y felices.

El protagonismo de la paternidad exige renuncias; como resignar tiempo personal, espacios propios, luchas laborales, todo eso a favor de priorizar ser padre, tarea existencial a largo plazo que le dará pleno sentido a su vida.

Un padre es el que hace posible que su hijo crezca seguro y sano y que aprenda a tener confianza en sí mismo.

Está lleno el mundo de hijos de hogares disfuncionales donde ninguno de los progenitores cumple el rol, permitiendo que sus hijos hagan lo mismo.

Los padres involucrados con sus hijos les inculcan el respeto a la autoridad poniéndoles límites y predicando con el ejemplo.

La tarea del padre complementa a la de la madre, porque muestra una visión masculina del mundo, una manera de actuar, de ser y de pensar diferente que les permite a los hijos identificarse con ellos.

La tarea del padre incluye además ayudar a los hijos cuando crecen a desprenderse de la madre, lo que les permitirá madurar, trabajar y tener su propio hogar y sus propios hijos.

El rol de padre es difícil cuando se teme al compromiso, por egoísmo, o sea cuando no se puede salir del sí mismo.

Malena

Fuente: “El rol del padre”; Kyle Pruett, psiquiatra infantil