Psicología del karateca golpeador


Hoy nuevamente las noticias nos refieren otro caso de violencia de género; un hombre de 50 años, karateca, mantuvo secuestrada a su mujer, de 38 años, abogada; la violó reiteradas veces, la obligó a tener relaciones sexuales con otros hombres, la drogó y le pegó como lo hacía habitualmente.

Sin ninguna duda se trata de un hombre que disimula delante de los que no saben psicología, su tendencia homosexual latente no asumida, al obligar a su mujer a relacionarse sexualmente con otros, que es lo que él secretamente querría hacer.

La mujer ya lo había denunciado con anterioridad pero recién en esta oportunidad la policía lo detuvo y ahora está preso por privación ilegítima de la libertad y otros cargos en su contra.

Ella teme haber quedado embarazada al tener sexo sin protección y si sus temores se hacen realidad amenaza con quitarse la vida.

De todos modos, su vida correrá serio peligro cuando él recupere su libertad, ya que no le será difícil encontrarla, reducirla y matarla con un solo golpe de karate.

El karate es un arte marcial japonés que antiguamente practicaban los guerreros samuráis, que en el pasado eran miembros de la nobleza.

Como todo arte marcial tiene sus reglas éticas estrictas, ya que el objetivo principal es la defensa personal y el dominio de sí mismo.

El karate se expandió por todo Japón y finalmente se practica se difundió en todo el mundo.

Sus características son los golpes y las patadas mediante la coordinación de la fuerza, la respiración, la postura y el equilibrio llevando parte del peso del cuerpo al impacto.

El objetivo del karate es derrotar al adversario con un solo golpe, de modo que no necesitan estar armados para matar a alguien.

Según el maestro más destacado en karate, Gichin Funakoshi, la esencia de este arte marcial no es sólo aprender una destreza sino dominarse a sí mismo para poder ser personas de bien, honestas y buenas, basando su conducta en el código ético de la tradición japonesa, cuyos valores son:

- Rectitud
- Valentía
- Benevolencia
- Sinceridad
- Respeto
- Honor
- Lealtad

El karate do intenta beneficiar con estos valores a quienes lo practican. no incluye en su técnica ser el primero en atacar, empieza y termina con cortesía y el vencedor es el que conoce mejor sus propios puntos vulnerables e invulnerables y los de su oponente

Es evidente, que el karateca que hoy nos ocupa, no practica ninguno de estos valores y que sólo incorporó de karate la destreza de dar golpes y patadas, sin llegar a asimilar absolutamente nada de la filosofía que lo sustenta.

Aprendió la técnica hasta conseguir el nivel de “cinturón negro”, pero se quedó allí, en lo que le podía ser útil para dominar a los demás, principalmente a las mujeres.

Pegarle y someter a una mujer es y será siempre una cobardía por parte del hombre que pone de manifiesto su necesidad de humillarla doblegando su voluntad y convirtiéndola en un objeto, haciendo prevalecer su poder sobre ella por la fuerza.

Pegarle a alguien en inferioridad de condiciones sólo lo hacen los débiles cuando no se atreven a enfrentar a quienes se pueden defender y proyectan esa frustración en las mujeres.

El hombre no ha avanzado tanto como pretende, porque todavía demuestra conservar resabios cavernícolas, pero además no puede superar la incoherencia entre lo que hace, dice y piensa; por eso aún subsisten los crímenes y las guerras, porque no puede salir de la contradicción y frente al conflicto, continúa priorizando el uso de la fuerza.

Malena