La Salud


¿Qué es la salud? La salud se puede definir solamente por su opuesto, o sea que es la ausencia de enfermedad, pero no tiene una definición explícita, así como tampoco se pueden definir la vida, el amor, la belleza, la bondad, etc., porque no son cosas sino experiencias.

Muchas veces apreciamos la salud que tenemos cuando la perdemos; eso no pasa solamente con la salud sino con todas las demás cosas de la vida y también con las relaciones.

Cuando estamos enfermos nos damos cuenta de lo relativas que son algunas cosas que usualmente nos desvelan, nos amargan, nos inquietan, nos perturban y hasta nos quitan las ganas de vivir.

Qué relativo puede ser el poder y el dinero cuando perdemos la salud y qué importante es sentirse bien aunque las circunstancias no sean lo suficientemente favorables para nosotros.

Si una enfermedad nos obliga a estar en cama, añoramos poder caminar, salir a la calle y hasta hacer las cosas cotidianas; tareas rutinarias que a veces nos cansan y nos aburren pero que cuando no las podemos hacer, las extrañamos.

La salud es lo más valioso que tenemos pero todos los que pueden gozar de ella la dan por sentada y se olvidan de agradecer a la vida ese bien tan preciado.

Tenemos que hacer lo posible para mantenernos sanos hasta el último día de la vida y además estar agradecidos cada día por la gran bendición que es estar saludables.

Dar gracias por la salud no sólo conserva la salud sino que también aumenta el flujo de salud hacia nosotros, haciendo desaparecer los pequeños achaques y desequilibrios e incrementando la fuerza, el bienestar y el buen humor.

La gratitud nos hace inmunes a cualquier enfermedad, infección o toxina y elimina el estrés físico y mental.

Estudios recientes revelan que las personas que practican la gratitud es probable que vivan hasta siete años más de las expectativas de vida.

Aprende a agradecer todos los días por poder levantarte a la mañana, por el excelente funcionamiento de todas las partes de tu cuerpo, por tus piernas que te permiten caminar y ser independiente, trabajar, ir donde te place; luego agradece por tus brazos y por tus manos, con los que puedes hacer todo lo que deseas; agradece tus sentidos que te permiten percibir los sabores, oír todos los sonidos, oler el aroma de las flores, de los perfumes, de la comida que te apetece, el aire de la primavera, ver todo a tu alrededor, a tus seres queridos, poder leer, usar tu ordenador, disfrutar de una película o de un programa de televisión y reconoce lo valioso que es el sentido del tacto.

Agradece por tener un cerebro perfecto, buena memoria, todos los órganos de tu cuerpo funcionando bien y todas tus células en perfecto estado cumpliendo con su tarea sin que siquiera lo tengas que pensar.

Agradecer por la salud total de tu cuerpo y de tu mente todos los días te mantendrá siempre sano y contento.

Malena
Fuente: “La Magia”; Rhonda Byrne.