El Facilismo en los Jóvenes


Las condiciones económicas, el avance de la tecnología, el desarrollo de las grandes ciudades y el mayor acceso al consumo, han dado lugar a un cambio en los usos y las costumbres de las nuevas generaciones, modificando los valores, las actitudes y la forma de ver el mundo y generando nuevas pseudo filosofías silvestres que apoyan la idea de que los jóvenes no tienen nada que aprender de sus mayores o profesores, mientras se sepan manejar digitalmente con destreza.

Muchos de estos jóvenes, que sólo han aprendido a hablar pero que apenas saben escribir con claridad sin faltas de ortografía, creen que saber manejarse con la computadora es suficiente para desenvolverse en la vida, ya que son los únicos capaces de entender el lenguaje cibernético sin ningún esfuerzo, porque han nacido junto con esa tecnología y aprendieron a manejar un teclado aún sin haber comenzado a ir a la escuela.

El desdén por todo lo que los antepasados nos legaron, por la historia, por el arte o por la geografía, reduce sus vidas reales a una dimensión virtual, donde el compromiso personal no existe, el anonimato les permite libertades otrora impensables y los valores éticos, la educación, el contacto humano y la socialización, son dejados de lado, para dejar lugar a una simple vida hedonista y solitaria que los convierte en personas incapaces de enfrentar al mundo y de establecer vínculos.

Estos individuos han aprendido desde niños que en forma casi mágica, con apenas un “click” se puede tenerlo y saberlo casi todo, iniciando una nueva era, la era del facilismo y del mínimo esfuerzo.

La red, en poco tiempo, contará con todo el conocimiento humano que existe y tal vez ya no sea necesario que un médico recuerde lo que aprendió en la facultad para hacer un diagnóstico, ya que a través de su computadora podrá encontrar lo que necesita sin arriesgarse utilizando su propio criterio.

Pronto ya no podremos salir a la calle sin una computadora de bolsillo, hasta es posible que sea obligatorio llevarla, porque no disponer de este adminículo será lo mismo que era antes, ser analfabeto.

Sin embargo, se produce una paradoja, el facilismo como forma de vida, tropieza con las férreas barreras de una vida cada vez más complicada; porque la tecnología no siempre simplifica las cosas y mejor no hablar cuando las máquinas se cuelgan.

Ahora estamos en la era del ser humano teléfono dependiente, que permanece ausente en todos lados aunque esté presente.

Pero pronto la era del teléfono habrá pasado a la historia y entraremos en la era de la computadora portátil que permitirá ver, oír y ser visto y escuchado por cualquier persona en el mundo, saberlo todo, conocer todos los caminos, ser auxiliado en los lugares más inhóspitos, ser protegidos por la policía, evitar los peligros y hasta para mantenerse a flote en caso de naufragar.

La computadora enseñará incluso la conducta apropiada para tener sexo satisfactorio y ya los hombres no tendrán más excusas. Claro que tendremos que llevarla adherida a nuestro propio cuerpo para no olvidarla y poder ponerla en funcionamiento en cualquier momento y situación aún con la mirada.

Sin embargo, nunca será suficiente, porque la vida no tiene límites y siempre se producirán situaciones que no podrá solucionar la tecnología porque requerirán de la intervención humana. Siempre habrá algo que no figurará en ningún programa de computadora y que exigirá el uso del discernimiento, facultad que sólo se puede adquirir con conocimientos, experiencia, educación y un código ético.

Malena