Muchas
veces podemos sentirnos en este mundo rodeados de gente que nos molesta y ofende con sus actitudes, de personas ignorantes, de quienes viven para
quejarse y que hablan sin parar de todos sus males, de los que se divierten criticando señalando los defectos de otros sin ver los propios, de seres humanos
intratables, egoístas, pedantes, envidiosos u orgullosos y también de depresivos
desesperantes.
Todos
los días nos enteramos que existen quienes cometen delitos aberrantes, que roban y que estafan a los incrédulos y también que hay muchos corruptos que hacen fortunas burlándose de la ley.
Muchos
mienten y calumnian con ligereza frente al público televisivo con el único propósito de elevar
el rating de su programa, ridiculizan y rebajan con gran
descaro a quienes tienen cierta popularidad aprovechando sus debilidades y obtienen rédito de ello sin importarles las
consecuencias.
Sin
duda vivimos en un mundo donde hay mucha maldad que obliga a muchos a aislarse y que afecta sus relaciones personales.
¿Qué
puedo hacer, le preguntaba el discípulo a su maestro, para no sentirme tan
incómodo y contaminado con tanta mala onda que anda circulando y aceptar a la
gente como es aún si no me agrada?
¿Qué
puedo hacer viviendo en una gran ciudad donde amparados por el anonimato,
muchos son capaces de dar rienda suelta a sus peores instintos?
El
maestro, después de reflexionar unos minutos le dijo más o menos estas palabras:
- Observa
la belleza de las flores y cómo difunden la delicada pureza de sus aromas; a pesar de haber nacido en el barro. Han sabido extraer de la tierra
todo lo que necesitan y les sirve, sin permitir que sus inmaculados pétalos
reflejen mancha alguna.
- No
permitas que los errores de los demás te molesten porque eso no es sabio, la
sabiduría está en preocuparse de la propia conducta y tratar de corregirla.
El
mal comportamiento de los demás y su carga es también su responsabilidad, de
modo que nadie tiene motivo para molestarse más que ellos.
Intenta
vivir como lo hacen las flores, rescata lo bueno de este mundo para
desarrollarte, crecer y dar tus frutos y descarta lo que te resulta inútil y
desagradable.
Malena
Fuente:
“La vida viene a cuento”; Jaume Soler y Mercé Conangla.
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Excelente página, muchas gracias!!!
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