Cómo elevar tu autoestima



Para elevar la autoestima y madurar en valores es importante conocer la propia personalidad, que es la que refleja el modo de ser de cada uno.

La autoestima es la valoración propia que cada persona hace a partir del reconocimiento de global de las cualidades positivas que posee, lo que le permite tener confianza y autoafirmarse como individuo.

La base principal de la autoestima es estar orgulloso de uno mismo por ser quien uno es y sentirse acreedor del respeto y la admiración de los demás tanto por nuestro comportamiento como por nuestros juicios y nuestras decisiones.

La autoestima se adquiere a edad temprana y depende en gran parte de cómo han sido nuestras experiencias infantiles con las personas cercanas más significativas.

El que ha sido subestimado desde niño por sus progenitores, seguramente se juzgará de la misma manera, estará descontento con su esquema corporal, deseará ser como los otros, no podrá aceptarse a sí mismo y tendrá dificultades para elegir lo que le conviene según sus capacidades y habilidades porque no creerá en ellas.

Para elevar su autoestima, esta persona tendrá que comenzar siendo más benévola y tolerante con ella misma y evaluar con ecuanimidad tanto sus aciertos como sus errores, rescatando lo mejor de su personalidad, minimizando lo que no le agrada y tratando de buscar el equilibrio.

El juez más severo que existe siempre es uno mismo y es común que en el momento de hacer un análisis de la propia vida la gran mayoría crea que el saldo es desfavorable, tal vez por ser demasiado exigentes y por tener expectativas demasiado ambiciosas.

El Ser no es ni el hacer ni el tener, el Ser es la realización del potencial que tiene cada uno por ser único y distinto, o sea ser capaz de elaborar un proyecto de vida coherente con metas y objetivos propios.

La personalidad perfecta no existe, lo que es posible es tener una personalidad saludable y equilibrada, con la suficiente madurez como para poder aceptarla como es y cumplir el propio proyecto.

El humor, la buena disposición, la alegría, el espíritu de lucha para conseguir pequeñas metas y poder cumplirlas son los requisitos que necesitamos para  elevar la autoestima.

La voluntad es la fuerza que necesitamos para mejorar como personas,  que nos permite hacer lo que tenemos que hacer sin esperar resultados inmediatos.  Implica mantenerse constante, tener disciplina y sostener firme la motivación el tiempo que sea necesario.

En el plano de los afectos la autoestima se puede elevar controlando nuestras emociones, evitando confundir egoísmos, celos, deseos, atracción física y enamoramiento con verdaderos sentimientos profundos.

La autoestima no nos permite dejarnos llevar por las pasiones y nos brinda la fuerza para poder controlar la influencia negativa que pueden ejercer determinadas personas sobre nosotros.

A la autoestima se llega con inteligencia, que es la condición que se necesita para distinguir lo esencial de lo superfluo, lo verdadero de lo falso y lo real de lo ilusorio.

La autoestima crece con la educación y la cultura que son las bases sólidas para llegar a tener una personalidad libre e independiente.

Autoestima es estar contento de ser quien uno es, es poder ser más compasivo y menos exigente con la propia persona, es poder interpretar nuestra vida desde una perspectiva más benévola y menos crítica, tratando de llevarse bien consigo mismo.

Malena

Fuente: “Una teoría de la felicidad”; “La conquista de la voluntad”; Enrique Rojas