La adicción a la cocaína


La mayoría de las drogas que producen adicción afectan al sistema nervioso central, pero la cocaína es la que tiene el mayor efecto adictivo.

La adicción a las drogas es una enfermedad de base neurobiológica y con gran influencia social que altera la estructura y la función de regiones del cerebro y provoca trastornos cognitivos y problemas de conducta.

Actualmente es posible a través del estudio no invasivo del cerebro mediante neuroimágenes por resonancia magnética, identificar los circuitos neuronales que se dañan con el abuso crónico de sustancias adictivas.

Las drogas adictivas como la nicotina, la cocaína, la marihuana, etc., afectan en primer lugar el sistema límbico, principalmente la zona relacionada con la recompensa, creando circuitos de apetencia que llevan a reiterar su consumo.

La primera experiencia que producen las drogas, en forma artificial, es el mismo sentimiento de placer y bienestar que experimentan todos los seres humanos con los estímulos agradables naturales.

Este efecto se produce debido al excesivo flujo de dopamina, neurotransmisor que a largo plazo disminuye su efecto en el cerebro por sensibilización.

Las drogas en general reemplazan a los neurotransmisores naturales produciendo cambios adaptativos en los adictos; y modificando, dando forma y alterando el funcionamiento del cerebro hasta llegar a anular el control del impulso de consumir.

La cocaína en particular, puede producir infartos cerebrales, convulsiones y atrofia en ciertas regiones del sistema nervioso central e incluso la muerte; y el éxtasis, puede provocar la destrucción de las neuronas.

Las personas adictas a la cocaína tienen alterado el área del cerebro correspondiente al lóbulo frontal, relacionada con el conocimiento, la razón, el control cognitivo, emocional y el de las inhibiciones; presentan además pérdida de sustancia blanca de esa zona cerebral y drásticos cambios en otras regiones del sistema de recompensa.

Los consumidores crónicos de cocaína, también, muestran una mayor activación de las áreas del cerebro relacionadas con el procesamiento emocional de los estímulos que se relacionan con la adicción; lo que significa que para los adictos la droga es lo que reviste para ellos la mayor importancia.

Por lo tanto, se puede afirmar que la adicción es una enfermedad del cerebro porque las drogas afectan su estructura y su funcionamiento y que como consecuencia alteran el comportamiento, siendo la adolescencia la etapa de mayor riesgo, porque las consecuencias son más serias y persistentes en el tiempo.

Malena

Fuente: “Mente y Cerebro”; No.41/2010; “Imagen y Cocaína”; María Jesús Romero, Samuel Asensio y Francisco Javier Romero; del Instituto sobre Drogas y Conductas Adictivas, Universidad CEU, Servicio de Resonancia Magnética ERESA.