La Adolescencia y el Alcohol

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Aunque esté prohibida la venta de alcohol a menores de 18 años, es habitual ver en las calles a adolescentes tomando cerveza y en estado de ebriedad.

La cerveza ha reemplazado a las bebidas colas y es preferida por los jóvenes que creen que les sirve para desinhibirse y facilitar su comportamiento social sin saber que el alcohol provoca agresividad y violencia y tiene también un efecto negativo en la sexualidad, afectando la erección.

El alcohol siempre está relacionado con la violencia en el hogar y no es raro que sus efectos se utilicen para atreverse a delinquir, robar, violar y hasta matar.

Algunas encuestas han mostrado que la mayoría de la población y muchos padres y madres no saben casi nada sobre el alcoholismo y sus efectos devastadores en la juventud.

Desde ya está comprobado que si los padres dan el ejemplo de no abusar del alcohol, es la mejor escuela para sus hijos; pero además es muy eficaz instruirlos sobre este problema desde los cinco años para que crezcan con la convicción firme de que es un hábito nocivo para su salud y su vida y no caigan bajo la influencia de sus pares durante la adolescencia.

Existe conciencia entre los adultos del valor del diálogo con los hijos, sin embargo, aunque saben que muchos adolescentes a menudo abusan del alcohol, tienden a creer que sus hijos son la excepción y no se sienten responsables si descubren que toman, más bien lo atribuyen a la necesidad de aceptación social, de pertenecer a un grupo, para divertirse o para no ser diferente y hacer lo mismo que hacen los demás.

A pesar de la gran influencia que pueden tener los padres sobre sus hijos, no es habitual el diálogo familiar sobre las actividades y las compañías que tienen los adolescentes fuera de su casa. Sin embargo, son los padres en primer lugar y después los maestros y el Estado los que tienen que participar activamente en concientizar a los jóvenes sobre el consumo y el abuso del alcohol.

Entre los estudiantes secundarios, las cifras que aporta el Ministerio de Salud sobre este tema, revelan que la edad promedio de los adolescentes de iniciarse en el consumo de alcohol es de 13 años, lo que indica que aún pueden estar contando con el apoyo de sus padres, quienes todavía tienen la oportunidad de instruirlos sobre este grave problema.

Las probabilidades de que un adolescente abuse del alcohol, aumentan considerablemente si en la casa hacen lo mismo, de modo que la responsabilidad de los padres de educarlos implica también la necesidad de educarse a ellos mismos.

El alcohol parece inofensivo porque se puede comprar en cualquier parte y además también suele estar disponible en el hogar; particularmente la cerveza, que es la bebida más accesible debido a su bajo costo y la que se cree menos dañina por tener una menor graduación alcohólica; sin embargo, sus efectos son los mismos a cualquier bebida alcohólica porque se consume en mayor cantidad.

La adicción al alcohol puede ser adquirida pero también es genética porque produce mutaciones en los genes que se heredan y malformaciones congénitas durante el embarazo.

Malena

Fuente: “Diario La Nación” “Alcohol: otro tema para hablar con los hijos”; abril 2014.