Derecho a la Identidad de nacidos con donantes


La reproducción asistida se ha convertido en un hecho común. En Argentina y en todo el mundo, cada vez se producen más nacimientos mediante la donación de espermatozoides o de óvulos.

Aunque apenas un pequeño porcentaje de los nacidos con esta técnica llegan a saber que fueron concebidos de esta manera; todos ellos coinciden en querer conocer la identidad de sus padres biológicos, fenómeno que debería haber sido previsto, dado la importancia que tiene para todo individuo el hecho de saber sobre sus orígenes.

El derecho a la identidad para estas personas no cuenta en Argentina con el marco legal apropiado para que la donación de óvulos y espermatozoides deje de ser anónima y para que exista un registro único de donantes en todo el país que permita a quienes lo deseen, obtener información sobre su origen biológico e incluso conocer al donante.

Actualmente, las clínicas que cuentan con bancos de semen y de óvulos mantienen el anonimato tanto para los dadores como para los receptores, a fin de evitar futuros reclamos sobre exigencias o derechos de la paternidad.

En este país, la justicia reconoce únicamente a la madre que dé a luz y a su pareja, aunque el código genético de la criatura sea o no sea de ninguno de los dos; priorizando la intención de procrear más allá de los lazos genéticos.

Desde 1985, existe en Suecia la ley que requiere la identificación de los donantes y algo parecido también sucede en Inglaterra, mostrando una mayor sensibilidad sobre los derechos del niño.

Al margen de las connotaciones emocionales y afectivas que puede tener el hecho de saber sobre los padres biológicos, también existen otros perjuicios para los nacidos con esa condición, como la posibilidad de sufrir enfermedades hereditarias que se pueden evitar, la ausencia de donantes vivos ante la imprevista necesidad de un trasplante de órganos, los eventuales lazos perdidos con medios hermanos y el temor de encontrarse algún día y sin saberlo, enamorarse de ellos; así como también la pérdida de la oportunidad de descubrir tendencias afines o destrezas específicas que podrían llegar a desarrollar.

La necesidad de conocer los orígenes constituye un importante requisito para el logro de la propia identidad, tal como lo han demostrado distintos estudios científicos.

Las necesidades de las parejas de procrear y de mantener la privacidad por temor a perder sus derechos de paternidad, más los tecnicismos más sofisticados que existen para lograrlo, superan en gran medida lo que es más conveniente para el niño o los niños que nacerán, privados de su derecho a conocer su identidad.

Es importante para una persona tener la oportunidad de conocer su origen si así lo desea dentro de un marco legal apropiado que brinde protección a todos los involucrados, de ambos lados, tal como ya lo han hecho hace muchos años, países con sólidas tradiciones y más desarrollados, sin que esta circunstancia haya provocado exigencias inesperadas a los donantes o pérdida de los derechos a los receptores.

Malena