Cómo manejar la agresividad



Las personas exigentes y perfeccionistas son las que en general se enojan con más frecuencia debido a las altas expectativas que tienen de sí mismos y de los demás.

Para ellos las cosas sólo pueden estar bien o mal, porque se caracterizan por su rigidez e inflexibilidad y no admiten los términos medios.

Los iracundos suelen tener problemas digestivos y alta presión arterial y son firmes candidatos para sufrir un infarto.

No pueden entender que los problemas se pueden encarar desde distintos puntos de vista y que de esa forma se pueden percibir otras soluciones y evitar malos ratos.

La violencia se desencadena cuando termina la sensatez y no se puede expresar de otro modo la frustración.

Frente a la frustración se reacciona de distintas maneras, ya sea proyectando la agresividad en los demás, castigándose a sí mismos; resignándose con tristeza y seguir acumulando furia; o renunciando a las metas para refugiarse en alguna adicción.

El pensamiento creativo es lo único que nos permite enfrentar la frustración sin enojarnos, porque nos brinda la posibilidad de generar nuevas alternativas para solucionar los problemas.

La frustración aparece cuando tenemos una visión única de las cosas y no podemos percibir otro punto de vista de los sucesos.

Mantener el sentido del humor nos ayudará a capear los temporales con una mejor disposición; e imponernos metas más flexibles nos permitirá cambiarlas cuando sea necesario, sin prejuicios.

Los perfeccionistas no admiten sus propios errores ni tampoco los de los demás; por eso suelen aferrarse a una idea aunque estén equivocados y agotan todos sus esfuerzos en llevarla a cabo.

La vida nos enseña que todos podemos equivocarnos pero a la vez nos otorga la fortaleza necesaria para empezar de nuevo.

Todas las carreras exitosas están plagadas de fracasos que fueron considerados por sus protagonistas en su momento, como escollos en el camino que les sirvieron para perfeccionar sus metas y tomar impulso para seguir adelante.

La ira tiene un efecto destructivo y devastador y no conduce a ninguna parte, es energía malgastada que se pierde definitivamente y que puede terminar con todo proyecto y con la misma vida.

El control de impulso no significa represión sino la capacidad de dirigir esa energía hacia fines constructivos utilizando la inteligencia para el desarrollo de la creatividad.

Malena