Bernabé
Tierno, psicólogo, pedagogo, escritor, conferencista y hábil comunicador
social, en su libro “Sabiduría esencial”, afirma que la sabiduría de la vida nos
ayuda a ser más felices; ocupándonos de las cosas en lugar de preocuparnos por
ellas, viviendo día a día centrados en el presente y desarrollando el sentido
del humor.
Se
aprende a ser sabio a través de los errores si tenemos la humildad de
reconocerlos.
Tierno,
distingue cuatro caminos que nos llevan a la felicidad; en primer lugar desarrollando
el dominio de uno mismo, tomando conciencia de que tenemos que ser responsables
de nuestra vida y tomar la decisión de sobrellevar las distintas circunstancias, tanto las adversas como las
positivas.
En
segundo lugar, aprender a relacionarnos adecuadamente con las personas que
queremos y que nos quieren, a ser sociables y a respetar a los demás como son
para poder crear buenos vínculos, más sinceros y duraderos.
En tercer
lugar, aprender a aceptar la adversidad y sobreponernos a ella.
En
cuarto lugar tener siempre un proyecto, algo por qué vivir que nos impulse a
ser creativos, tanto para nuestro propio bien como para el de los demás, convirtiendo
nuestro trabajo o nuestra vocación en una pasión para poder disfrutarlo.
Hay
que tener en cuenta que no son los acontecimientos en sí mismos los que nos afectan
sino cómo los interpretamos y vivimos ya que todo lo que nos pasa, incluso lo
negativo tiene un lado constructivo.
Es
importante visualizar los proyectos nítidamente, como si ya estuvieran cumplidos. De esta manera se activarán todas nuestras
capacidades para dirigirnos con mayor precisión hacia la cristalización de
nuestras metas.
El
deseo de hacer el bien y de ayudar a mejorar el mundo siendo mejores nosotros
mismos, es la mejor motivación para
mantener firmes nuestros propósitos; sin olvidar que la búsqueda es tan
importante como llegar a lograr la meta; y que tenemos que ser felices aprendiendo
a disfrutar de los procesos.
En cuanto al sentido del humor, aprendemos a ver el lado bueno de las cosas cuando nos preocupamos menos y no le damos tanta
importancia a tantas cosas que no la tienen, ya que tendemos a preocuparnos por cosas
que seguramente no ocurrirán nunca.
El
perdón también nos ayuda a ser felices, no tanto tratando de ser bondadosos
sino siendo inteligentes y no permitiendo que las ofensas malogren nuestras
vidas.
Las
personas positivas y que se sienten bien consigo mismas, no son así porque no
tuvieron dificultades en sus vidas sino porque han interpretado que tanto lo
bueno como lo malo que han vivido les ha servido para aprender.
En cuanto al amor, el
amor auténtico es fundamental, no la pasión arrolladora que nos obnubila y que
nos hace necesitar al otro para servirnos de él; sino el amor generoso que hace
que la felicidad del otro sea también nuestra; sin olvidar que no podemos amar a otro si no nos amamos a nosotros mismos.
Malena
Más
información: “Sabiduría esencial”; Bernabé Tierno.
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