La Personalidad - Psicología Malena Lede




Para la mayoría de las teorías psicológicas la personalidad tiene su raíz en el interior del sujeto e incluye aspectos mentales, emocionales, sociales y físicos.

La personalidad total contiene elementos manifiestos, como serían las actitudes y el comportamiento y otros factores imposibles de conocer como los pensamientos, los recuerdos, los sueños y otros contenidos inconscientes.

Para Sigmund Freud, el inconsciente es el que determina el comportamiento y la personalidad; los instintos innatos que prevalecen son el sexual y el de destrucción, y la principal motivación humana, la búsqueda del placer.

La personalidad está siempre en conflicto y fragmentada por deseos contradictorios. El objetivo de la terapia psicoanalítica es hacer consciente lo inconsciente, fortalecer al yo y aumentar la capacidad para desenvolverse en la vida y ser capaz de amar y trabajar.

Para Carl Gustav Jung, el hombre posee en sí mismo una doble naturaleza buena y mala a la vez y además de los instintos sexual y agresivos, cuenta con otros instintos importantes como el hambre y la sed, el instinto de individuación o conocimiento de sí mismo, el de poder, y el de actividad y creatividad que al igual que las tendencias morales y la inclinación hacia la religión, son innatas.

Jung reconocía la existencia en el hombre de un inconsciente personal y de un inconsciente colectivo formado por arquetipos heredados común a todos los hombres, y por una energía psíquica creada por la tensión de los opuestos.

Para Jung el comportamiento no está solamente motivado por el pasado inconsciente sino también por el cumplimiento de un propósito.

Para Alfred Adler, psicólogo social, el consciente y el inconsciente están al servicio de los objetivos del sujeto y estas aspiraciones son las que determinan la personalidad, o sea la lucha por ser superior, motivada por sentimientos de inferioridad adquiridos en la infancia.

Para Erich Fromm, psicólogo social, no existen instintos innatos sino fuerzas que se manifiestan como necesidad de los otros, de trascendencia, de identidad y de marcos de referencia.

Las corrientes humanistas, como la de Carl Rogers, Abraham Maslow y Rollo May, consideran a la personalidad sana como la tendencia a actualizar las motivaciones, y los deseos personales con el propósito del crecimiento y la autorrealización personal, desde la satisfacción de las necesidades más simples hasta las más trascendentes, con libertad y responsabilidad. pero que puede tornarse patológica debido a fuerzas dañinas del entorno.

Desde el punto de vista de las teorías del aprendizaje, la personalidad es puro condicionamiento, El conductismo, por ejemplo, tiene en cuenta solamente la conducta observable (Pavlov, Watson, Skinner); elimina todas las causas innatas del comportamiento y considera que toda la conducta es aprendida.

En el ámbito científico la personalidad se compone del temperamento innato y del carácter adquirido, por la educación y el medio ambiente; siendo la familia la principal influencia; y el carácter es el conjunto de valores, objetivos y estrategias aprendidas para enfrentar situaciones y elaborar creencias sobre uno mismo y sobre el entorno que habita el individuo.

El Manual de diagnóstico y estadística de desórdenes mentales de la Sociedad Norteamericana de Psiquiatría distingue tres grandes grupos de trastornos de la personalidad:

a) Trastorno paranoide, esquizoide y esquizotípico del espectro esquizofrénico. Sujetos raros o extraños.

b) Trastorno antisocial, límite, histriónico y narcisista del espectro psicopático. Sujetos inestables o emocionales.

c) Trastornos por evitación, por dependencia y obsesivo-compulsivo, del espectro neurótico. Sujetos ansiosos o temerosos.

Malena
Fuente: “La salud mental y sus cuidados”; Javier Cabanyes y Miguel Angel Monge. Eunsa, Pamplona, 2010.
“An Introduction to theories of personality, Robert B. Ewen, Psychology Press, New York.2010.