La pareja y la comunicación - Psicología Malena Lede



La Comunicación es lo que nos permite relacionarnos con los demás. En la pareja, la falta de comunicación puede afectar el vínculo y hasta terminar con el amor.

Existe mucha gente que piensa una cosa y dice otra o que habla en forma ambigua, o sea sin compromiso personal, porque lo que dice no es claro y se puede interpretar en forma diferente, distorsionando los mensajes.

El intento de comunicarse es inútil cuando no hay retroalimentación, o sea cuando la información que se transmite sólo produce monosílabos o mensajes que desalientan el diálogo.

Las personas adultas suelen tener convicciones firmes difíciles de modificar, por esta razón es necesario tener la suficiente flexibilidad de pensamiento como para aceptar la opinión del otro cuando piensa distinto y hacer el esfuerzo para considerar que puede tener razón.

La mayoría de las veces no podemos expresar con palabras lo que pensamos porque las palabras sólo son una parte insignificante de lo que se desea transmitir.

La expresión del rostro y el tono de voz contienen la mayor parte de la comunicación y cuando se trata de personas que pertenecen a nuestro entorno, como una pareja, por ejemplo, un solo gesto puede decirlo todo.

Cuando las pupilas están dilatadas pueden interpretarse como que el interlocutor está interesado en lo que decimos y la contracción de las pupilas suele indicar desagrado.

Si utilizamos las mismas palabras que nuestro interlocutor para contestar lo que nos dijo o cuando afirmamos con la cabeza y utilizamos sonidos como por ejemplo ahá u otro que significa asentimiento, estamos emitiendo una señal de empatía y agrado.

El cuerpo también se expresa en una conversación, de modo que lo ideal es que sus movimientos estén de acuerdo con las palabras.

Una buena comunicación implica estar en sintonía o sea que una sea el espejo de la otra.

Cuando el cuerpo parece querer recuperar el equilibro, ya sea cambiando su postura o abriendo los brazos es porque esa persona no puede expresar su desacuerdo.

La forma de comunicarse es una prueba de madurez cuando se expresa la propia verdad y se acepta la opinión del otro con respeto.

Poder expresar lo que sentimos y lo que queremos sólo es posible cuando podemos superar el pasado y terminar con los resentimientos, los temores, las dudas o las creencias.

Toda persona sabe que sus palabras pueden herir como un cuchillo o ablandar el corazón de su interlocutor y que también pueden hacerle perder o recuperar su libertad.

Las quejas, los insultos, los murmullos que no se entienden, las suspicacias, las amenazas, la desconfianza y las dudas, deterioran la comunicación.

La buena comunicación se produce cuando se está en sintonía con el otro o sea cuando se tiene en cuenta su propio mundo, se lo escucha atentamente y se está presente percibiendo sus reacciones y cuando uno sabe lo que quiere.

Dado que el lenguaje no verbal tiene más significado que el verbal, es importante observar atentamente lo que la otra persona dice con sus gestos y con su cuerpo.

La expresión de la cara y los cambios de color de la piel, como el palidecer o sonrojarse, son los signos que reflejan con mayor exactitud la compasión y el amor de los otros.

Hay mil formas de dar la mano, hay manos que parecen lenguas escurridizas, otras temerosas que apenas se atreven a sostener la del otro, pero también existen las manos cálidas que expresan con la intensidad de un sincero apretón, la buena disposición para la comunicación.

Con frecuencia, apenas se conoce una persona se puede "adivinar" de quién se trata. Eso se debe a todos las señales que emite de distintas maneras y que todos pueden distinguir fácilmente a primera vista a los pocos minutos de comenzar el diálogo.

Muchos reconocen estos índices y consideran una “cuestión de piel” la atracción o el rechazo que les produce alguien, sin tener en cuenta demasiado su aspecto físico.

Mejorar la comunicación se puede, principalmente si se acepta al otro como es, se lo comprende y se lo ama.

Malena

Fuente: "PNL - El Cielo del Minotauro - Introducción a la programación neurolingüística" - Alberto Karmona.