Aprende a lidiar con la culpa-Psicología Malena Lede




La culpa está siempre presente en nuestra conciencia reclamándonos por algunas de nuestras acciones;  suele ser persistente y hacernos sentir incómodos con sus exigencias.

El sentimiento de culpa es una sensación de desasosiego que se experimenta cuando se está desconforme con lo dicho o hecho, un malestar que desequilibra, pone en tela de juicio los valores y también la capacidad para tomar decisiones.

Se trata de darse cuenta de la falta de coherencia entre el lo que se piensa y se hace o dice, o sea del sentimiento subjetivo de haber contrariado los propios códigos internos.

Los valores son los principios a los cuales nos adherimos para regir nuestras vidas, la estructura necesaria para poder aplicar nuestro sano juicio, basada en normas y costumbres heredadas de la familia y de la sociedad.

Este vasto conjunto de valores designa lo que es bueno o malo para nosotros, hace posible la convivencia y orienta la educación.

La culpa surge cuando la persona se siente en falta con respecto a las normas que ha internalizado y a las expectativas que tiene sobre su ideal de sí mismo, o sea las pautas que ha incorporado como “deber ser”.

Ese ideal obliga a comparar los actos con los ideales, que si son respetados brinda el sentimiento de haber sido fiel a sí mismo y si no, la sensación de haberse traicionado.

Para poder salir airoso de esta dicotomía es importante el discernimiento, que es la capacidad de evaluar cada circunstancia y de ser fieles a lo que sentimos y queremos en cada momento de la vida.

Esta posibilidad es la que nos dará la necesaria flexibilidad para ser menos rigurosos con nosotros mismos, más comprensivos con los demás y como consecuencia sentir menos culpa.

Hacemos lo que podemos y de nada sirve sentirse culpable por hechos del pasado que no podemos cambiar, porque lo que hicimos fue lo único que pudimos hacer en ese preciso momento de la vida y lo único que nos queda es el perdón.

Perdón por no haber tenido la fortaleza de responder a los valores que elegimos, perdón por no haber sido la persona que hubiéramos querido ser y perdón por haber defraudado las expectativas de nuestros seres queridos.

Somos seres imperfectos pero perfectibles y la vida es una sucesión de avances y retrocesos en el difícil camino hacia el desarrollo pleno del Ser que realmente somos.

Malena Lede - Psicóloga