LA VELOCIDAD DE LOS CAMBIOS - Psicología Malena Lede




Los cambios son necesarios,  el problema se produce cuando se aceleran hasta el punto de superar la adaptación a ellos 

Hoy más que nunca, para poder seguir formando parte de la sociedad, estamos obligados a ocupar nuestro tiempo en la ardua tarea de aprender todos los días cosas nuevas.

La vida se ha convertido en un laberinto tecnológico que cada vez es más difícil descifrar y que muchas veces nos hace sentir que estamos perdiendo el tren.

El cambio, cada vez más acelerado, nos obliga a ser creativos para no quedar rezagados en la etapa anterior y terminar segregados y fuera de contexto.

Lo malo es que la mayoría de los supuestos expertos tampoco están capacitados para enseñar.

La vida es cambio y en todas las épocas el homo sapiens tuvo que aprender a luchar contra la adversidad e inventar cosas nuevas para poder enfrentar esos cambios.

Ahora, cuando parecería que todo ya está inventado, los cambios han adquirido una dimensión exponencial, obligando a todo el mundo a adaptarse a toda clase de aparatos o vivir dependiendo de otros que tampoco saben demasiado.

Es cierto que aprender nos mantiene ágiles mentalmente, pero también nos exige pasar mucho tiempo frente a una pantalla y postergar las experiencias de la realidad que nos rodea.

No es raro que una pareja que recién se encuentra después del trabajo no tenga tiempo para hablar porque la rutina impone la necesidad de abrir la notebook para revisar el correo, comunicarse con los amigos, participar en un grupo, hacer consultas, enterarse de las últimas noticias, pagar cuentas, etc.

¿Es el avance de la tecnología y la obligación de no quedarse atrás con las innovaciones la causante del fracaso de las relaciones, de los problemas de ansiedad, de las adicciones, del estrés, de la depresión o de los ataques de pánico?

Es una pregunta que debería abrir un debate científico sobre la conveniencia de continuar en esta carrera desenfrenada en la que no todo el mundo puede participar.

La creatividad humana no tiene límites, sin embargo sólo puede ponerse en práctica cuando esos cambios se pueden difundir a gran escala y muchas personas están dispuestas a adoptarlos.

El incremento de los medios de comunicación hace posible que la nueva tecnología se difunda y existe mucho capital ocioso que está esperando participar en todo aquello que puede producir ganancias rápido.

Esa es la ecuación que funciona, no tanto cuando hay un descubrimiento científico,  sino cuando el interés del público sobre ese descubrimiento, previamente manipulado por la publicidad, se hace masivo.

Es hora de aprender a ser más selectivos y empezar a descartar los cambios superfluos. El público es el que tiene la última palabra si no compra; y al mismo tiempo evitará que haya más basura., 

Malena Lede - Psicóloga

Fuente: "Modo Esponja"; Sebastián Campanario y Andrei Vazhnov.