La ansiedad, la
angustia, las preocupaciones, el estrés o la ira pueden provocar alteraciones
en la piel.
Investigaciones
realizadas en Japón después del terremoto que se produjo en enero de 1995,
afectaron no solamente el corazón de las víctimas sino que agravaron las
neurodermatitis de los individuos que ya padecían de esa patología.
Los problemas
psicológicos empeoran las enfermedades dermatológicas y afecta el bienestar
general y el estrés crónico produce la aparición de inflamaciones de la piel
debido a la relación que existe entre el sistema nervioso y el sistema
inmunitario. El tratamiento
psicosomático ayuda a neutralizar esa relación.
Las personas que
sufren de enfermedades dermatológicas saben que si tienen un estado anímico
negativo, si están enfadados o tensas o demasiado preocupadas pueden complicar
sus afecciones de la piel, principalmente las de tipo inflamatorias como por
ejemplo la psoriasis (enfermedad que produce una severa descamación de la
piel).
En muchos casos, el
origen de estos trastornos de la piel se produce en la infancia debido a
experiencias traumáticas. Muchos de
ellos comenzaron a padecer de estos problemas en la pubertad, etapa de la vida
que provoca gran inestabilidad emocional.
Según el resultado
de las investigaciones es el estrés crónico el que altera el equilibrio del
sistema inmunológico, principalmente en las personas que no pueden afrontar
esta etapa de la vida en forma adecuada.
Los medicamentos no
suelen ser suficientes; por lo tanto es necesario aplicar otras medidas
terapéuticas como los métodos de relación y psicoterapia.
Las enfermedades de
la piel crónicas suelen estar asociadas a alteraciones psicológicas como la
depresión y los ataques de pánico.
Malena Lede –
Psicóloga
Fuente:”Angelika
Bauer-Delto, periodista científica especializada en temas médicos. “Mente y
Cerebro”; Investigación y ciencia; No.59/2013
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