EL PROBLEMA DEL SUFRIMIENTO - Psicología Malena Lede


Nadie se puede librar del sufrimiento y la pérdida, porque es una emoción humana universal inevitable que aunque difícil de aceptar, forma parte de la vida.

Algunos ahogan sus penas en alcohol o buscan alivio tomando pastillas, otros se defienden negándose a sí mismos que tienen un problema, tratando de ignorarlo o sumergiéndose en distracciones y muchos lo proyectan sobre los demás echándoles la culpa.

El dolor sin embargo se resiste a abandonarnos y así, pasados los efectos de nuestras inútiles defensas, se profundiza aún más.

Lo cierto es que hay que vivir el sufrimiento para poder superarlo, o sea,  llorar las pérdidas y aceptar las frustraciones para poder empezar de nuevo.

Tratar de dominar las emociones de dolor y pérdida intentando ser fuerte tampoco es la solución porque tarde o temprano volverán a aparecer acrecentados.

El sufrimiento humano es un hecho natural de la existencia humana que hay que aprender a aceptar.

Algunos pensadores afirman que la vida hay que evaluarla desde el sepulcro, teniendo en cuenta que somos seres finitos que inevitablemente envejeceremos y moriremos.  Por supuesto, estar consciente de esta realidad nos llevará a tomar las cosas que nos pasan de otro modo y a darle menos valor a las cosas materiales.

Gran parte del sufrimiento humano se debe a la insatisfacción y al descontento; o sea a no poder alcanzar lo que logran otros ni vivir como ellos.

Pero tenerlo todo tampoco es garantía de felicidad porque hay muchas cosas que el dinero no puede comprar.

Tener conciencia de la naturaleza humana y de la verdad del sufrimiento nos brinda la posibilidad de liberarnos de él.

Según la doctrina budista las causas profundas del sufrimiento humano son la ignorancia, el deseo y el odio.

La ignorancia en el sentido de tener una verdadera percepción de la naturaleza del Ser y de todos los fenómenos.

Al despojarse del deseo, del odio y de la falsa percepción de la naturaleza de la realidad, se puede lograr liberar la mente de todo sufrimiento.

Aceptar las inevitables penas de la vida nos puede ayudar a ver las situaciones en su debida perspectiva, es decir, ubicando al sufrimiento dentro de un contexto más amplio.

Si se vive el sufrimiento como algo no natural o injusto que no deberíamos experimentar o buscamos algún culpable y nos convertimos en víctimas, estamos condenados a perpetuarlo y a permanecer frustrados, resentidos y enojados.

Por supuesto, todos tienen derecho de liberarse del sufrimiento y de ser felices, por eso es útil conocer las causas y buscar las soluciones posibles, a nivel social, familiar e individual, pero sin temerlo ni rechazarlo, tomándolo como una condición natural.

Malena Lede – Psicóloga

Fuente: “El arte de la felicidad”; Dalai Lama.