Todo niño tendrá que convertirse en un hombre, salir de la inconsciencia feliz de
la niñez para ser el hombre que es.
Si no sigue su propio potencial, no estará
satisfecho, permanecerá siempre buscando
algo más y nunca estará contento.
Vivimos en un mundo que nos exige ser como los otros
quieren y no nos perdona si intentamos ser como somos, seres
individuales y únicos. Porque ser uno
mismo y atreverse a ser naturalmente diferente puede ser considerado algo
peligroso.
Estamos siempre atentando contra la naturaleza,
incluso tratando de no respetar a cada uno como es y obligarlo a convertirse
en la caricatura de sí mismo.
Así es como perdemos la autoestima, cuando dejamos
de ser quienes somos para ser como los demás.
El amor a uno mismo es una necesidad básica para que
un ser humano pueda crecer y amar a otro.
El hombre sometido a las exigencias externas se odia
a sí mismo, porque es un esclavo y se siente inferior porque ha perdido su
dignidad.
¿Cómo puede ser el hombre de hoy responsable si ni siquiera
es un individuo? Acepta perder su
libertad y por eso carga a otros con su responsabilidad; porque no se respeta
ni confía en sí mismo.
Además, la sociedad celebra a los farsantes y los
convierte en ideales y por otro lado es difícil librarse de los
condicionamientos aprendidos.
Para ser un hombre cabal hay que estar preparado,
ser valiente, tener agallas y ser capaz de liberarse de quienes pretenden ejercer dominio sobre él.
Malena Lede - Psicóloga
Publicar un comentario
Muchas gracias por participar de este espacio!