EL EXCESO DE INFORMACIÓN - Psicóloga Malena Lede

Hoy en día somos sometidos a un agotador exceso de información y sus consecuentes interpretaciones,  que nos llegan a través de todos los medios de comunicación a los cuales la gran mayoría tiene acceso.

Al respecto confieso que con los años pude aprender a vivir en el mundo que deseo no en el que otros tratan de imponerme; por lo tanto, no leo lo que no me interesa, no veo lo que no me gusta y no escucho lo que no me agrada.

Esta no es una postura egoísta ni insensible, sino simplemente necesaria en un momento de mi vida en el que considero que me he ganado con creces el derecho a ejercer mi libre albedrío y a elegir.

Me he dado cuenta de la gran influencia que tienen en nosotros los mensajes subliminales y también abiertamente negativos que recibimos constantemente;  y cómo éstos pueden modificar nuestros pensamientos, nuestras intenciones y nuestra conducta.

Los científicos afirman que nuestro cerebro reacciona de la misma manera tanto cuando nos identificamos con las experiencias de otros como cuando vivimos las propias, por esa sola razón ya resulta peligrosa la influencia externa.

¿Por qué tenemos que aceptar contaminarnos con las vidas y los acontecimientos dramáticos que lamentablemente viven otras personas que no conocemos, cuyas vivencias, por distintas razones, ya sean elegidas o no,  los han llevado a perder la esperanza y la fe y que sólo siembran amargura? cuando cada persona tiene el derecho de vivir su propia vida, lo que les ha tocado y lo que han elegido vivir.

Hoy más que nunca tenemos que cuidarnos del exceso de información que para captar la atención recurre a golpes bajos tratando de difundir malas noticias y dramas ajenos; experiencias límite inevitables en una población de millones de habitantes; que pueden afectar nuestra salud, nuestro rendimiento y nuestro estado de ánimo.