Miedo al Examen




El miedo a los exámenes se origina generalmente a partir de una experiencia traumática de fracaso.

El hecho de ser examinado para obtener una evaluación académica produce emociones negativas que entorpecen el rendimiento y afectan la memoria.

Lo más común es que el estudiante no haya estudiado para enfrentar la prueba, entonces el resultado del examen será la consecuencia esperada de un hecho que pondrá en evidencia una falta de dedicación al tema que se requiere.

Pero a veces después de hacer grandes esfuerzos para estudiar, algunos alumnos fracasan en los exámenes como consecuencia de su ansiedad por competencia que le resta tranquilidad y seguridad frente a esta situación de estrés.

Generalmente los alumnos en los primeros cursos del nivel secundario y también durante su formación terciaria, no saben estudiar, les cuesta entender las preguntas y ser pertinentes.

De manera que contestan cualquier cosa frente a una pregunta que indicaba específicamente circunscribirse a un solo aspecto del tema.

Otros, que deben hacer exposiciones más extensas, no saben qué decir ni como desarrollar un tema con la adecuada profundidad.

En los dos casos, fracasan por falta de método no de conocimientos.

Es necesario que un alumno aprenda el significado de los términos que indican interrogantes, ya que no quiere decir lo mismo “definir” que “relacionar”.

Cuando un examen requiere una definición, la pregunta utilizará este término o bien pedirá un concepto sobre el tema.

Una definición por ejemplo es la descripción que figura en un diccionario, donde aparecen con exactitud y precisión los significados de las palabras, de modo que lo que se exige es eso.

En cuanto a “relacionar”, se refiere a señalar las conexiones, enlaces o correspondencia entre distintos conceptos. No incluye definiciones sino solamente especificar los vínculos entre ellos, que pueden ser relaciones de igualdad, diferencia o influencia.

A veces, las dificultades para rendir exámenes se relacionan con la falta de vocabulario que tienen los alumnos, que no encuentran las palabras para expresar con claridad una idea.

El vocabulario se incrementa con el hábito de la lectura regular.

“Justificar” es también una palabra que aparece en los exámenes y que por lo general los alumnos no entienden.

Este término exige probar algo con razones coherentes y valederas, tratando de convencer mediante ejemplos, documentos, teorías anteriores, estudios, investigaciones, estadísticas; en una palabra, apoyar con el debido fundamento lo que se afirma.

Los exámenes escritos hay que escribirlos con letra clara y sin faltas de ortografía. Muchos fracasan porque los profesores no pueden descifrar sus jeroglíficos.

Antes de comenzar un examen hay que hacer cuatro respiraciones profundas y relajarse totalmente, tratando de no comprometerse emocionalmente con los resultados.

Se estudia para aprender y no para sacar notas, y en un examen también se aprende y mucho.

Se empieza leyendo todas las preguntas y se contesta en primer término la que se sepa mejor; posteriormente se contestarán las que pueden tener alguna dificultad y por último se intenta contestar también lo que no se sabe utilizando la imaginación.

Tenemos todos los conocimientos en nuestros genes, el aprendizaje sirve para que los recordemos, de modo que podemos inferir respuestas si usamos bien nuestros propios recursos.

En los exámenes se pueden emitir opiniones, cuando se les solicita “considerar” o “juzgar” o “reflexionar”, o “criticar”, siempre que sean apoyadas con el debido fundamento.

Por ejemplo, yo creo que…o a mi juicio… porque…

Cualquier opinión es válida, aunque parezca un disparate, siempre que se pueda fundamentar.

“Ilustrar”, significa dar ejemplos; y “esquematizar” se refiere a que debemos representar un tema en forma gráfica y ordenada.

“Contrastar” es mostrar las evidentes diferencias o condiciones opuestas de dos cosas.

“Explicar” quiere decir que se requiere decir los por qué de las cosas o de los fenómenos que se traten.

Estamos siempre dando exámenes en la vida, en casi toda situación nueva que se presente. Es importante no intentar ni evitarlos ni rechazarlos y sino aprender a enfrentarlos.