El
triángulo de las Bermudas es una zona del océano Atlántico que se encuentra
delimitada por la península de Florida, las islas Bermudas y la de Puerto Rico.
El
hecho de haberse producido en 1945, la desaparición de cinco aviones de la
Fuerza Aérea de los Estados Unidos en esa zona, hizo que ese lugar comenzara a
considerarse misterioso y polémico donde ocurrían catástrofes que no dejaban
ninguna huella.
El
libro de Charles Berlitz , en el que narraba una gran cantidad de misteriosas
desapariciones, fue el que convirtió al triángulo de las Bermudas en un mito.
Pero
esa leyenda fue refutada por algunos científicos, como por ejemplo David
Kusche, quien desarrolló algunas teorías para explicar las desapariciones.
Una
posible explicación podrían ser las frecuentes tormentas que se desencadenan en
forma súbita, sobre las cuales existen registros desde hace más de quinientos
años; y otra explicación que no hay que desestimar, son los posibles ataques de
piratas que asolan a los navegantes de esa zona.
La
imposibilidad de encontrar los rastros de los siniestros se suele atribuir a la
existencia de una fosa oceánica de más de ocho mil metros de profundidad, donde
pueden haber sido arrastrados los restos de los numerosos accidentes.
Otra
de las explicaciones atribuyen las desapariciones a la existencia de enormes
concentraciones de gas metano que eventualmente pueden llegar a liberarse en
forma de bolsa, que podría ser capaz de destruir un navío.
Una
anomalía magnética también puede ser la causa de que los barcos y los aviones
pierdan su ruta y los restos estén muy alejados de las zonas de búsqueda.
Sin
embargo, aunque es verdad que algunas desapariciones se pueden explicar
claramente; otras, todavía continúan siendo una incógnita.
Las
desapariciones más conocidas se produjeron durante el siglo pasado. En 1909, el navegante solitario Joshua
Slocum, que se hizo famoso por haber dado la vuelta al mundo en un pequeño
velero, desapareció con su nave al cruzar el Triángulo de las Bermudas.
Em
1918, desapareció un carguero norteamericano con trescientos tripulantes; y en
1945, los cinco aviones norteamericanos ya mencionados con sus 14 tripulantes,
que formaban parte del “vuelo 19”, cuyo comandante había reportado en su último
contacto con la base, que las brújulas no funcionaban; desapareciendo también la nave Mariner, que formaba parte del equipo de rescate.
En
1948 y en 1949, dos aviones pertenecientes a la misma compañía aérea, también desaparecieron
sin dejar rastro alguno.
Este
fenómeno ha incentivado la imaginación de algunos escritores, como Gian Quasar,
que escribió el libro “Dentro del Triángulo de las Bermudas y que es
considerado el más destacado defensor del misterio.
Bruce
Gernon, periodista norteamericano, basado en una experiencia personal, propone
la teoría de la existencia de nubes en la atmósfera que distorsionan el
espacio-tiempo.
Una
teoría aún más fantástica es la que supone que las desapariciones se deben al
efecto de misteriosos cristales que provienen de las ruinas de la Atlántida, antigua
civilización que se presume se hundió en el mar hace miles de años, tal como lo
menciona Platón en sus escritos.
Para
ciertos místicos, se trataría de un portal hacia otra dimensión; y para los que
creen en la existencia de extraterrestres, es un lugar utilizado por ellos para
refugiarse cada vez que nos visitan; y es en esas oportunidades en que naves y
aviones son arrastrados por esa gran fuente de energía.
Lo cierto es que mientras
no se devele este enigma seguirá incentivando la imaginación de quienes se
atrevan a ir más allá de las explicaciones de la ciencia.
Fuente:
“Muy interesante”; 08/2010.
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