El Miedo




El miedo es una emoción básica que normalmente se experimenta cuando se está frente a una situación de peligro real o imaginario. 

El miedo inhibe la acción, impide el crecimiento y el desarrollo y paraliza cualquier intento de evolución. Es una perturbación angustiosa del estado del ánimo provocada por un riesgo o supuesto mal que una persona siente que lo acecha y que no puede evitar.

El miedo puede ser grave o leve, presente o futuro, deberse a una causa natural, fantaseada o ser efecto de una intimidación o amenaza.

Cuando el miedo es incontrolable, irracional, exagerado y sin fundamento real, es patológico y se transforma en una fobia.

La fobia se centra en un objeto o en una situación determinada y orienta la conducta a evitar lo temido limitando el normal desarrollo de la vida.

El miedo normal es innato y sirve para defenderse de los peligros reales que pueden amenazar la vida.

Aunque se trata de una emoción instintiva, con el tiempo, la mayoría aprende a dominar el miedo, a tener mayor confianza en sí misma, a reconocer lo real de lo imaginario y a aceptar las circunstancias inesperadas o adversas de la vida con valentía, a veces con ayuda de una creencia religiosa y otras confiando en la naturaleza o en sí misma.

Sin embargo, hoy en día, esta emoción parece estar exacerbada y haberse convertido en una obsesión colectiva que nubla la inteligencia, domina la voluntad y no permite a los seres humanos obrar con libertad.

El conocimiento de los fenómenos que se temen ayuda a vencer los miedos, a tener confianza en los propios recursos, en la propia capacidad, en la naturaleza, en la realidad y en los demás.

Lo opuesto al miedo es la fe en algo superior, en el orden natural o en un mismo, considerándose  como una manifestación de la totalidad  a la cual se está ligado por lazos indestructibles.

El racionalismo en el que el hombre ha caído lo ha separado de la naturaleza y le ha hecho olvidar sus instintos.  Como consecuencia, se siente aislado y solo en un mundo cada vez más violento y frío.

Para evitar el miedo, la persona desarrolla la obsesión por el control, pero el afán por controlarlo todo lo conduce al miedo de perder el control.

Con el control se persigue la ilusión de obtener seguridad, pero la seguridad no existe, sólo existe la incertidumbre.

Para liberarse del miedo hay que abandonar el control, no resistirse a los hechos, rendirse a la realidad y entregarse a la vida sin condiciones.

La entrega nos hace vulnerables, pero,  como dice Deepak Chopra,  cuando somos vulnerables somos invencibles, porque la vulnerabilidad inhibe cualquier situación de violencia.