El Secreto de la Creatividad




En cada momento histórico hubo grandes genios, que con su gran capacidad de observación y su curiosidad lograron descubrir los secretos mejor guardados de la naturaleza y del mundo.  También existieron notables artistas, músicos, escritores o pintores,  que a través del despliegue de sus extraordinarios dones pudieron dejar un legado al mundo de inapreciable valor.

Cómo hicieron esos hombres y mujeres de mentes esclarecidas, revelar los misterios que han beneficiado a toda la humanidad o crear tanta belleza,  es la pregunta que surge espontáneamente cada vez que observamos sus obras o que los avances de la ciencia y de la tecnología nos sorprenden.

¿Qué es lo que tienen en común esas personas? porque tanto sus biografías como sus métodos de trabajo difieren notablemente haciendo difícil detectar un patrón de comportamiento que los distinga.

Lo que sí se puede comprobar es la actitud férrea de conseguir lo que se proponen sin reparar en el esfuerzo que esa tarea les exige.

Mozart decía que para él componer música era muy fácil, porque su mente podía percibir la obra completa, de modo que sólo tenía que sentarse a escribir lo que escuchaba.

Algunos escritores escriben en bares, como lo hacía Cortázar, que escribía sin parar y sin corregir desde la primera frase hasta la última.  Otros en cambio, como Calvino; corregía más de lo que escribía.

Hay escritores que escriben sus ideas en cualquier parte, cuando se les ocurren y llenan sus bolsillos de papeles con anotaciones;  son los que parecen que están siempre en otra parte y parece que no prestan atención a lo que pasa a su alrededor.

Conocí a una escritora de 82 años que me confesó que toda su vida se sentó a escribir de nueve a cinco, y durante ese horario, con una actitud casi religiosa,  se sumergía en el mundo de sus personajes hasta que el reloj le indicaba que era la hora del té.

Los grandes creadores tienen siempre sus mentes concentradas en el campo de su interés y son pocas las cosas que les atraen fuera de él.  Tienen la firme convicción de estar transitando el camino correcto y confían ciegamente en ellos mismos y en sus ideas.

Un creador nunca imita a nadie de modo que puede parecer extravagante y diferenciarse del resto en todos los aspectos; sin duda alguna, los grandes creadores no se preocupan en absoluto de la opinión de los demás, por eso pueden atreverse a ser ellos mismos.

Un gran creador puede parecer loco y excéntrico hasta que concreta su obra y a partir de ese momento  es considerado un genio.

El genio tiene que tener la fortaleza de enfrentar los usos y las costumbres de una sociedad, su cultura y el modo habitual de hacer las cosas para poder insertar lo nuevo y hacer posible el cambio.

Algunos mueren antes de ser reconocidos pero sus creaciones son inmortales.

Para ser un creador hay que aprender a escuchar la voz interior del Ser que sabe todo;  y atreverse a ser diferente.

MALENA