Publicado el 2013/05/14 por Psicóloga Malena Lede
Los Prejuicios
Las personas inseguras y la presión de los mandatos sociales pueden producirle a una persona disconformidad consigo misma y baja autoestima, condiciones que pueden afectar sus recursos intelectuales, su desarrollo y su rendimiento laboral.
Cambiar de perspectiva ayuda a recuperar la confianza en sí mismo y es la clave para cambiar de actitud, disminuir el estrés y los pensamientos negativos y enfrentar los desafíos con entusiasmo y fe.
Aunque una persona se destaque en su desempeño laboral cotidiano, puede fallar en situaciones que le exijan mostrarse en público o enfrentar a sus superiores para demostrarles su capacidad.
Este temor puede derivarse de antiguas experiencias de fracasos o bien por prejuicios sociales o de género, que bajan la autoestima y disminuyen el rendimiento.
La convicción de no poder alcanzar los objetivos deseados compromete los resultados de una tarea y disminuye las posibilidades de éxito; y por el contrario, si las expectativas de triunfo son altas, se logra mayor perseverancia y aumenta la fortaleza para superar las dificultades.
Las personas inseguras y con poca confianza en sí mismas, se rinden ante cualquier contratiempo y difícilmente emprenden nuevos desafíos.
Es innegable que las experiencias de fracaso producen en la mayoría de las personas, dudas sobre su capacidad; y que este sentimiento puede influir en su desenvolvimiento.
Experimentos realizados en los Estados Unidos, en 1995, por los psicólogos Claude Steele, de la Universidad de Stanford y su colaborador Aronson, de la Universidad de New York, revelaron en una prueba de habilidad verbal, que los prejuicios raciales disminuyeron el rendimiento intelectual de sujetos de raza negra con respecto a los resultados obtenidos por los de raza blanca.
Los científicos consideraron que este fenómeno se debe a la amenaza de estereotipo, basada en el prejuicio de que los afroamericanos tienen menos habilidad verbal que los blancos.
Los estereotipos sociales parecen entorpecer el logro de los objetivos al acaparar la atención de los afectados.
El miedo o la duda sobre uno mismo incrementan la sensibilidad a la posibilidad del fracaso y el estrés disminuye el rendimiento de la memoria de trabajo y estos procesos son inconscientes.
Algo similar ocurrió en una investigación sobre las diferencias de género, cuando en un grupo se deslizó el comentario que se trataba de una evaluación sobre la diferencia entre los sexos sobre las habilidades matemáticas.
Esa simple observación sobre las diferencias entre los sexos disminuyó el rendimiento de las participantes de ese grupo.
Según los investigadores, el bloqueo que producen los prejuicios pueden evitarse si las personas refuerzan su autoimagen y cambian su punto de vista con respecto a los estigmas sociales.
Malena
Fuente: “Mente y Cerebro-Investigación Científica”; julio/agosto 2012M; No.55; “Bajo el influjo de los prejuicios”; Claudia Christine Wolf, bióloga y colaboradora en el equipo de investigación de Onur Güntürkün en la Universidad Ruhr de Bochum.
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