Publicado el 2014/07/07 por Psicóloga Malena Lede
La Comunicación Humana
En esta época en que los medios de comunicación han avanzado tanto, la verdadera comunicación humana, cara a cara, está perdiendo terreno en todos los ámbitos.
Porque pasar información no es comunicarse, es transmitir acontecimientos, eventos, noticias, novedades; datos que no tienen nada que ver con la comunicación humana, ya que ésta implica atención,comprensión, compasión y afecto.
A veces, cuesta encarar y hablar de los problemas. Los hombres son los más reacios a hablar de sus sentimientos, las mujeres en general desean hacerlo pero casi siempre se encuentran frente a una barrera que no pueden atravesar.
Cuesta hablar con los padres, con los hijos, con la pareja, con la familia en general. Es muy raro que los integrantes de una familia se sienten a hablar, aún cuando se encuentren desbordados por los problemas. Por el contrario, las dificultades familiares generan mutismo, silencios inexplicables y la tendencia a evitar el contacto y encerrarse en sí mismos, ya sea detrás de un diario, frente al televisor o la computadora.
A veces es necesario un tercero como mediador, para no terminar agrediéndose, como por ejemplo un psicólogo o tal vez un sacerdote o algún amigo.
La comunicación es una experiencia íntima e instransferible que no se debe confundir con estar informados o con hablar de lo que les pasa a otros.
La atención hoy en día suele ser efímera y vaga, sin embargo, es muy necesaria en las relaciones humanas, porque significa concentrarse profundamente en alguien cuando es necesario y no dispersarse en otras cosas.
Mirar a alguien a los ojos permite entenderlo mejor, llegar hasta él para confirmarle que estamos dispuestos a dedicarle tiempo y a prestarle atención.
Podemos oír pero no necesariamente escuchar porque somos selectivos y la mayoría de las cosas que llegan a nuestros oídos las descartamos.
Registrar lo que uno oye exige reconocimiento, intención, voluntad, compromiso y el deseo genuino de hacerlo, para poder comprender, ayudar, apoyar y contener al otro.
Hablar nos acerca pero el verdadero encuentro es cuando las personas llegan a comprenderse mutuamente.
Con las palabras se pueden expresar los sentimientos, los deseos, los miedos y todo lo que se espera de la vida; y escuchar al otro en forma receptiva, sin adivinar lo que va a decir, porque lo conocemos, y sin adelantarnos para emitir juicios o poner condiciones, es darle un espacio en nuestra vida aceptándolo como es y es brindarle la oportunidad de sentirse contenido y comprendido.
La verdadera comunicación fortalece los afectos, crea confianza y refuerza y confirma los vínculos que se dan por sentados.
Cuando la comunicación se interrumpe por algún motivo hay que hacer lo posible para restablecerla, sin miedo a tomar la iniciativa, teniendo el coraje de empezar de nuevo corrigiendo actitudes y con respeto, sin rencor ni resentimientos y priorizando los sentimientos.
Conectarse no es comunicarse, podemos estar todo el día conectados a la red o a algún otro aparato y no obstante sentirnos solos y aislados.
Malena
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Hola Malena, me llamo Cristina y quería contarte un poco cómo me siento.
ResponderEliminarTengo 19 años, y discuto diariamente con mi padre, ya sea por lo que sea, siempre acabamos discutiendo. Por más que lo intento, no tengo una buena comunicación que digamos, ni tampoco puedo hablar con él, porque antes de que le cuente algo ya está suponiendo cosas sin yo decirle nada al respecto. Cosa que me fastidia mucho. Acabamos gritando y cada uno por su lado. Es que no entiendo por qué siempre supone cosas de mi, encima no son cosas para bien, si no todo lo contrario, para mal. Entonces me enfada y hace que no quiera contarle nada.
Por ejemplo: Hace poco me di un golpe con el coche, y antes de que le pudiese contar cómo me lo dí, ya estaba diciéndome, que si soy una mala conductora, que no soy responsable, que miro a todos lados menos a la carretera.. mientras que no fue culpa mía, si no del otro coche. Con esto me quiero referir que ya antes de que me dé tiempo a contarles las cosas, con más detalle, empieza a juzgarme, y por más que le digo que no lo haga y que me escuche, termina haciéndolo.
Ese es uno de mis problemas hacia mi padre.
Otra cosa que me ocurre hacia él, es que no me gusta darle besos cuando llega a casa, como es lo normal en una familia, pero con mi padre no tengo afinidad o como lo quieras llamar, no me gusta, o cuando le doy un abrazo casi por obligación, me siento incómoda.
Sólo me ocurre con él, con mi hermana, mi madre, amigos, etc no, y me ha pasado desde hace muchos años.
También es cierto que él no me cuenta nada, por lo que no tengo una confianza que digamos con él.
No quiero dar a entender que no me llevo bien con él, en el fondo nos lo pasamos bien, pero como ya he dicho antes, chocamos mucho, sobre todo porque no me gusta cuando hace alguna injusticia o algo que no lleva razón, yo en esa situación le digo que se equivoca, que no lleva razón o cualquier cosa y por tanto discutimos de nuevo, pero esta vez, siempre acaba diciendo que yo no llevo la razón porque el es más mayor, porque no soy tan lista como él,etc y me fastidia aún más.
Espero que me des tu consejo de que hacer y por qué siento eso hacia mi padre. Yo le quiero mucho, pero no sé ...
Gracias
Hola Cristina, aunque hay religiones que dicen que elegimos a nuestros padres por alguna razón, antes de nacer, cuesta creerlo, porque en general la gran mayoría tiene que aprender a aceptar a los padres que tiene.
ResponderEliminarNo podemos cambiar a nadie, cuando no te gusta la relación que tienes con alguien, la única que puede cambiar eres tu misma y si tu cambias el otro también cambia.
En general proyectamos en los otros nuestros propios sentimientos, es probable que todo lo que veas que te parezca desagradable de tu padre sea todo aquello que no reconoces de ti misma; porque los otros son la proyección de nosotros mismos.
Cuando no te gusta una persona es porque se parece demasiado a ti, por eso te pueden gustar más las personas que son diferentes.
Acepta a tu padre como es, y tu cambia. saludos, malena