Publicado el 2015/07/27 por Psicóloga Malena Lede
Psicología de las Masas - Psicología Malena Lede
Es importante, en tiempo de elecciones, cuando hay que elegir a los mandatarios, conocer un poco más de uno mismo y ser capaz de resistir la influencia de la propaganda, de los demás medios de comunicación y de las presiones de grupo para poder decidir libremente como ser individual.
Para la Psicología Colectiva, el individuo es el miembro de una tribu, un pueblo, una casta o una clase social; o es un elemento de una multitud humana organizada con un fin común.
Lo que llama la atención es que en una multitud congregada como masa psicológica, el individuo abandone su personalidad individual y piense, sienta y obre de una manera completamente diferente.
Siguiendo a Gustavo Le Bon, en su obra “Psicología de las masas”, el fenómeno peculiar de la masa psicológica, es que hace que los individuos que la componen, por el sólo hecho de formar parte de una multitud, adopte cierta forma de alma colectiva, independientemente de la persona que sea como individuo, de su educación, de su inteligencia, de su forma de vida, de su trabajo y de su personalidad.
Las causas de esa diferencia no se conocen, pero hay que tener en cuenta que detrás de los actos de cada persona existen motivaciones inconscientes que se ignoran.
La multitud hace desaparecer la personalidad individual de quienes la integran y hace surgir lo inconsciente social, en el que se funde lo heterogéneo en lo homogéneo, dando lugar a una base inconsciente común a todos, formando un carácter medio.
Le Bon encuentra una explicación a este fenómeno y considera que la adquisición de las características típicas de la multitud está determinada por tres causas.
Una de ellas es que el individuo que forma parte de una multitud se siente invulnerable; lo que le permite ceder a sus impulsos más primitivos, dado que el anonimato que le confiere la multitud lo libera de su conciencia y de toda responsabilidad y le permite ignorar las represiones de sus tendencias inconscientes. De esta manera puede mostrar el inconsciente individual, que es la fuente de todo lo malo que contiene el alma humana.
Otra de las causas que menciona Le Bon es el contagio mental de todo sentimiento y todo acto, que define la orientación común; que se puede comparar a la hipnosis hasta el punto de llevar a un individuo a sacrificar su propio interés personal por el interés colectivo, actitud contraria a la naturaleza humana.
Una tercera causa es que una vez que el individuo ha perdido toda su personalidad consciente, su voluntad y su discernimiento, obedezca todo lo sugerido por el líder y cometa actos contrarios a sus costumbres y a su carácter, convirtiéndose en un esclavo, y actuando como un autómata sin voluntad propia.
El individuo, que puede haber sido culto y educado se convierte así en un bárbaro, con el heroísmo y la violencia propia de un ser primitivo.
La multitud es poderosa, autoritaria e intolerable; respeta la fuerza, considera a la bondad como una debilidad, domina, subyuga y propicia el temor a su amo.
La multitud trata de evitar de cualquier manera todo lo que atente contra ella y contra sus condiciones de existencia.
Malena
Fuente: “Psicología de las masas”; Gustavo Le Bon.
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Eso me pasaba a mí cuando tenía trece años en la ciudad estudiando. Cuando estaba en medio de la multitud me liberaba de mi consciencia. E iba a hacer el gamba a los grandes almacenes. Y los chicos de mi edad ligando, y alguna chica que quería conocerme no iba donde estaba ella. ¿Por qué no ligaba como los demás chicos y chicas? Me dá miedo que puedan saber que soy una persona de baja calidad. Ya me lo han dicho. Ya se que me repito.
ResponderEliminarQuien me dice "eres una persona ruín", se lo dice a él/ella misma también. Yo nunca le digo a nadie esas cosas, creo. Vás buscando cariño de los demás, y te dán su odio. Porque no puedes querer de los demás, lo que no te dás a tí mismo, ¿es eso?
Hacer amigos es un arte, dicen. Vivir es un arte.
A veces la veo la vida como la comida que haces. Si le echas poca sal, se queda sosa. Si le echas mucha, demasiada salada. Si le echas mucha agua a la sopa, poca sustancia tiene el plato. Y poca agua, muy seca. Así sabe la vida cuando le pones pocos amigos. Sabe mal la vida así. Y cuando le pones muchos también. Porque también uno necesita la soledad para encontrarse consigo mismo.
Bueno, hasta luego,
Pablo
Hola Pablo, la personalidad se pierde en la multitud y también en los grupos, y uno se atreve a hacer cosas que nunca se atrevería hacer solo. El grupo sirve de pantalla para cometer los delitos más aberrantes y éstos quedan impunes.
ResponderEliminarEs la oportunidad que tienen los cobardes de expresar la bestia que llevan en su interior.
saludos, malena
¡Hola, Malena! Es verdad, los grupos de gente se meten con los solitarios. Sobre todo, los adolescentes, pegan e insultan a otro que va solo.
ResponderEliminarSe crecen cuando van en grupo. Y solos son mansitos. Y hasta el que te puteó una vez, al día siguiente, si va solo, te saluda como si nada hubiera pasado. Y encima, uno, si está verde en las cosas de la gente, se cree que es amigo. Y no es amigo. No.