Hágase rico con sólo una buena idea - Psicología Malena Lede



Muchos dicen que el hombre puede hacer realidad todo lo que pueda imaginar porque la historia demuestra que el impulso humano pudo lograr cosas que parecían imposibles.

La imaginación, y la curiosidad por descubrir los misterios de la naturaleza le ha permitido al hombre conocerlos, dominarlos y utilizarlos para su propio beneficio.

Esto sólo es el principio, porque recién ahora el hombre se está dando cuenta que el poder está dentro de él.

Hay dos maneras de imaginar: una consiste en relacionar antiguos conceptos, ideas o proyectos y la otra forma de imaginar puede aparecer de pronto, espontáneamente sin pensar, y dar lugar a la creación de algo nuevo.

El genio creativo es el que logra su inspiración conectándose con algo que está más allá de él, como pueden ser su propio subconsciente conectado con el todo y con otras mentes tan creativas como él.

Esto explicaría cómo surgen en forma simultánea las nuevas ideas en distintas personas que se encuentran lejos entre si y que ni siquiera se conocen.

La emoción que produce un deseo es la que pone en funcionamiento la facultad de imaginar en forma creativa; y esta facultad adquiere proporciones mayores a medida que se hace uso de ella.

La facultad imaginativa no muere nunca ni se desgasta, sólo puede debilitarse por falta de uso pero se puede recuperar y hacer que vuelva a estar activa.

Mozart decía que sus obras estaban completas en su cabeza y que él, sin ningún esfuerzo, solamente se limitaba a escribirlas como si se las dictaran.

El deseo es un pensamiento sin ningún valor hasta que se materializa, de manera que no significa nada si no se traduce en una acción.

La materia de todo el planeta comienza siendo una forma inmaterial de energía; y los impulsos del pensamiento, que son los deseos, son formas de energía que se transforman de la misma manera, en objetos.

Estas son leyes inmutables que funcionan en el plano físico, mediante la repetición de un deseo e imaginándolo, tal como si ya se hubiera cumplido.

Las buenas ideas y los propósitos bien definidos, son el inicio de los grandes emprendimientos, porque todo lo demás, aparece por añadidura.

La mayoría de las personas que tienen buenas ideas, no llegan a ponerlas en práctica porque comienzan pensando en los obstáculos que tendrán que vencer; les parece un riesgo demasiado alto, no tienen el dinero necesario y creen que no lo podrán conseguir, los obligará a abandonar su trabajo seguro de nueve a cinco o a mudarse a otra ciudad, todo lo que hace que muy pronto se olviden de ellas.

Gran parte de las fortunas más grandes que existen comenzaron cuando el que tuvo una buena idea y un buen vendedor de ese tipo de ideas tuvieron la oportunidad de conocerse.

La misma idea es probable que la tengan muchos otros al mismo tiempo, pero solamente el que es lo suficientemente audaz, tenaz y perseverante puede lograr llevarla a la práctica, sentirse muy bien consigo mismo y además, hacer mucho dinero.

Malena

Fuente: “Piense y hágase rico”; Napoleón Hill.