La Magia del Pensamiento - Psicología Malena Lede



A todas las cosas que les decimos que no, porque no nos agradan, las estamos atrayendo al prestarle atención, porque la atención es la que activa su vibración, por eso, cuanto más pensamos en una enfermedad más la atraemos.

Hay muchos que no saben lo que quieren y que en lugar de pensar “quiero saber lo que quiero” piensan “No sé lo que quiero” o “no sé qué cómo conseguir lo que quiero” o “no puedo hacer lo que quiero”.

Saber lo que uno quiere significa conocerse más a sí mismo y no dejarse engañar por falsas influencias o estímulos externos.

Para estar seguro de lo que queremos hay que prestar atención a la emoción interna que generan los pensamientos del verdadero Ser interior, porque externamente podemos tener una confusión de intenciones que pueden ser difíciles de interpretar.

Dirigir el pensamiento hacia lo que deseamos, deliberadamente, influye en forma positiva en los acontecimientos, porque es la vibración del pensamiento la que hace que se cumpla esta Ley universal.

No se puede intentar evitar el mal o sea impedir lo que para nosotros es lo contrario de lo que queremos; simplemente porque el mal en sí mismo no existe, ya que lo que es bueno para unos puede ser malo para otros.

En nuestro mundo es cierto que los opuestos se atraen, pero esto no se opone a la ley universal que afirma que lo semejante atrae lo semejante, porque aunque parezca que los opuestos se atraen, no es la oposición la que los atrae sino la misma vibración de sus intenciones de lo que desean y de lo que no desean, antes que se produzca la atracción.

Por ejemplo, las intenciones de dos seres idénticos, como pueden ser dos vendedores, no se cumplen, por razones obvias, pero sí se cumplen si uno es un vendedor y el otro un comprador, que son opuestos pero están en armonía en cuanto a sus deseos.

Un ladrón y su víctima participan para que el atraco tenga éxito, el ladrón está pensando en lo que desea, que es conseguir su objetivo; y la víctima piensa en lo que no desea, que es ser despojado de sus pertenencias.

Las víctimas que más atraen a los ladrones son las que se resisten más a los robos. De modo que en lugar de desear que no nos roben es mejor desear conservar lo que tenemos.

Muchos pueden creer que es un acto egoísta pensar en lograr todo lo que deseamos; pero todo el resto del mundo puede hacer lo mismo, porque hay de todo para todos y cada persona tiene objetivos distintos.

Enseñar a dirigir el pensamiento hacia lo que se desea es la forma más pacífica de cambiar el mundo, pero el problema más difícil es que la mayoría de las personas no saben lo que quieren.

Si todos pudiéramos pensar, decir y hacer lo que deseamos interiormente, entonces, seguramente, podríamos aplicar esta Ley y seríamos mucho más felices

Mientras tanto, la mayoría continúa pensando en lo que no quiere y creando su propio sufrimiento.

Malena

“La Ley de Atracción”; Esther y Jerry Hicks.