Actuar por impulso puede ser útil en un momento de
peligro, porque el instinto está diseñado para hacer lo correcto cuando no se
tiene tiempo para pensar, pero en otras ocasiones, ser impulsivo puede resultar
catastrófico.
El universo es un cosmos y en la naturaleza se
cumplen leyes y principios lógicos que permiten el conocimiento científico y
aunque la ciencia todavía no puede
proporcionarnos certeza sobre los fenómenos, nos puede brindar probabilidades.
El hombre es un ser racional y gracias a esta
particularidad y también a otras características que lo distinguen, ha podido
trascender en la escala zoológica. Sin embargo, la mayoría de los seres humanos
suelen no utilizar la razón para tomar decisiones vitales y eligen guiados por sus
instintos.
Casarse y tener un hijo no deberían ser decisiones
impulsivas, porque cambia radicalmente la vida y hay que estar dispuesto a
respetar el compromiso y la responsabilidad que eso implica.
Sin embargo, algunos deciden casarse y tener un hijo
después de haber convivido y de haber experimentado toda clase de atropellos,
disgustos e infidelidades.
Estas decisiones no son lógicas, sólo son actos
impulsivos motivados por la idea
irracional de que las cosas cambiarán cuando se casen.
Esos milagros no existen, porque la mayoría de la
gente no cambia; sólo pueden cambiar algunas personas después de un hecho
traumático o con mucha ayuda terapéutica, el resto actúa según sus
condicionamientos.
Somos personas condicionadas desde la infancia, que
es la etapa en que se aprenden las reglas sociales según los patrones de
comportamiento familiares.
El temperamento de un individuo, que es innato, incorpora todo lo aprendido durante el
desarrollo y de esa manera surge el carácter.
El temperamento y el carácter son las instancias
psíquicas que dan como resultado a la personalidad.
Aprendemos mecanismos de defensa para evitar atropellos,
despojos y la posibilidad de ser destruidos; y es con todo esa carga cultural
que enfrentamos la vida.
Nuestra conducta está motivada por razones que no
siempre son conscientes; como cuando se
decide formalizar una relación que no resiste la lógica.
Estamos condenados a elegir porque somos seres
libres y toda decisión es una responsabilidad y un compromiso para siempre.
Somos los únicos responsables de nuestros actos y si
nos equivocamos, no podemos echarle la culpa a nadie, ni siquiera al consejero,
porque también elegimos el consejero que sabemos de antemano lo que nos va a decir.
Todo lo que hagamos para eludir la responsabilidad
será una excusa y toda excusa es un acto de mala fe.
Malena Lede – Psicóloga
Fuente: "El Existencialismo es un Humanismo" - Jean Paul Sartre.
Existencialismo es un humanismo”; Jean
Paul Sartre.
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