Aunque el hombre nace pre programado para diseminar
sus espermatozoides en cada oportunidad que se le presenta; en el matrimonio,
esta necesidad puede variar por muchas razones.
El hombre responde a los estímulos
sexuales que percibe con el sentido de la vista; de modo que después de muchos años de
matrimonio es importante que la mujer, dentro de sus posibilidades, trate de estar atractiva a la vista de su
marido y principalmente no pelear o discutir con él cuando está en casa.
Es bastante común que hombres casados que ya no
sienten interés sexual por su mujer, frecuenten páginas de Internet con
pornografía, e incluso logren por ese medio vivir alguna aventura.
La infidelidad es la principal causa de divorcio, sin embargo
muchos matrimonios que tienen este problema no siempre se separan.
El divorcio es una salida extrema que produce mucho
sufrimiento principalmente si hay hijos.
El problema económico es el impedimento más
importante en el caso que la familia dependa exclusivamente del hombre y cuando
ninguno de los dos quiere dejar la casa en que viven.
Algunos matrimonios que a pesar de todo se aman,
deciden vivir juntos pero separados, o sea, no duermen juntos y tienen ambos la
libertad para salir con otros.
También existen quienes prefieren continuar juntos pero hacer vidas independientes y dedicados por entero a sus trabajos.
Actualmente es bastante frecuente que un hombre, después
de los cincuenta años, deje de relacionarse sexualmente con su mujer sin que
esto implique que la haya reemplazado
por otra.
El exceso de trabajo, el cansancio, el estrés y las
preocupaciones hacen que el deseo sexual del hombre disminuya con la edad y es
entonces cuando comienza a surgir este problema.
En general, lo normal es que a medida que pasa el
tiempo disminuya la frecuencia de las relaciones sexuales pero no
necesariamente esto implica que se tengan que terminar definitivamente.
Algunas enfermedades crónicas y otros impedimentos
físicos del hombre pueden influir en la disminución del deseo sexual, entre
otros, la diabetes, las enfermedades coronarias, los accidentes cerebro vasculares, los infartos o los problemas de próstata.
La sexualidad es una forma de expresar el amor y las
mujeres suelen asociar la falta de deseo sexual del marido con la falta de amor, con la infidelidad y la indiferencia.
Lo mejor es hablar en terreno neutral, salir solos y
tener la oportunidad de conversar sin que haya alguien de la familia
escuchando.
Cada uno tiene que decir lo que siente y lo que
necesita y esto muchas veces es suficiente para que las cosas cambien.
Algunas mujeres sólo se dedican a su familia y justamente
cuando los hijos ya no las necesitan, suelen sufrir además en esa etapa de sus vidas, la indiferencia de sus maridos.
Hay vida más allá de los cincuenta años, pero hay que saber que lo que nos
sirvió cuando éramos más jóvenes no es lo único que podemos hacer para
sentirnos felices.
Cuando los intereses se concentran únicamente en las
relaciones afectivas se sufre a ese nivel y es imposible razonar de otro modo.
Las relaciones sexuales no representa la única manera de disfrutar de la vida, afortunadamente existen el arte, la literatura, la música, el intelecto y también la
posibilidad de ayudar a los demás de algún modo,
principalmente, cuando ya no pueden recurrir a antiguas fórmulas.
Malena Lede – Psicología Malena Lede
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