El amor tiene un significado distinto para cada
persona y depende del nivel de conciencia que haya alcanzado cada una.
El nivel más bajo de amor es el que se confunde con
dominación, poder de uno sobre otro, posesión, celos, que es el tipo de amor
que expresan los que se encuentran en el más bajo estado de conciencia.
En esos casos el amor es un sentimiento que provoca
más dolor que satisfacción, puede dar cierto placer en un comienzo pero
luego se convierte en una obsesión.
Esta forma de amar puede hacer que las personas
juren no volver a amar nunca más a nadie y prefieran tener una mascota, amar al auto que tienen o cualquier otra cosa
que puedan controlar, porque de esa forma se sienten seguros de no sufrir
desilusiones o conflictos.
Sin embargo, ese tipo de amor posesivo y malsano
puede servir para tomar conciencia del error y por fin poder ver
que el amor no es tanto un modo de relacionarse sino un estado de Ser, un
estado elevado de conciencia.
Este amor supremo no exige nada a cambio, no espera
nada del otro, no divide al sujeto y al objeto, uno es amor y está disponible
sin condiciones.
Cualquier otra forma de amor que pone condiciones,
no es amor, es una enfermedad que puede llegar a matar.
El amor no se puede objetivar porque no es un objeto
sino la verdad suprema.
Solamente tomando conciencia de los motivos que
existen para amar en forma posesiva es cuando se puede pasar a otro nivel de
amor y experimentar algo supremo.
El ego es el que no permite amar de verdad, sin
motivos ocultos o inconscientes.
Para muchos abandonar el ego es como suicidarse, sin
embargo para conocer la verdadera individualidad hay que abandonar el personaje
que hemos inventado, las falsedades, las simulaciones.
Cuando el amor está centrado solamente en una sola
persona se destruye, se vuelve un negocio, una transacción.
En lugar de amar a alguien hay que ser una persona
amorosa que no reduce el amor a un solo objeto sino que Es amor.
La soledad es nuestra verdadera naturaleza pero
buscamos en el otro compañía. Sin embargo seguimos sintiéndonos aislados y extraños.
La gente tiene miedo de estar sola y busca
entretenimientos, no puede estar sin prender el televisión o sin hacer algo,
porque quedarse consigo mismo puede llegar a ser un infierno.
Por lo tanto, las relaciones no son de amor sino
para usarse mutuamente, inclusive para poder tener a alguien con quien discutir.
Recién cuando aprendemos a estar solos podemos estar
acompañados y relacionarnos normalmente, porque esa relación no es por miedo a
estar solo sino la oportunidad de expresar amor.
Malena Lede – Psicóloga
Fuente: “El libro de la mujer” - Osho
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