Los deportes extremos que ponen en riesgo la vida, pueden producir adrenalina pero no deja de ser un entretenimiento más, un desafío que pone a prueba la fortaleza y la habilidad física para competir o equipararse con otros.
Este afán de experimentar cosas difíciles a veces puede
llevar a muchos a no respetar sus propios límites y a malograr sus vidas.
Todos queremos vivir la vida intensamente, pero ¿qué
significa verdaderamente vivir intensamente?
Si creemos que vivir es la oportunidad de
desarrollar nuestro potencial y cumplir el propio propósito personal, la vida
es una búsqueda, o sea la búsqueda de uno mismo, porque solamente llegamos a
sentirnos plenos cuando estamos realizando nuestro potencial.
Cuando somos creativos experimentamos la
trascendencia, porque es el momento en que se puede descubrir el sentido de la
vida.
Mientras tanto, estamos concentrados en nuestros propios
pensamientos, en nuestros deseos, nuestras esperanzas o nuestros sueños, y no podemos ver el mundo que nos rodea.
Cuando vaciamos la mente de todo contenido, el
corazón nos muestra el camino del Ser;
sólo hay que estar dispuestos y atentos y no dejarse vencer por los prejuicios.
El que sufre es el ego que nos divide y que nos
separa de la totalidad, el Ser es la experiencia espiritual que el psicólogo
William James denominó “experiencia oceánica”, cuando por fin nos podemos
sentir verdaderamente libres.
El verdadero problema que tenemos es la mente porque
está esclavizada por nuestros condicionamientos, por lo que “se” hace o por lo
que “se” dice (el famoso “se” de Heidegger), que es lo que hacen los otros.
A través de la meditación se puede lograr vaciar la
mente de todo contenido y comenzar a escuchar al
corazón.
Sin embargo, la mayoría de las personas vegetan,
llevan años muertos y se resisten a vivir sus vidas; se divierten o están cómodos, pero por
dentro sienten desazón y angustia y proyectan ese vacío existencial afuera, “la
culpa es de la crisis económica, o de mi jefe, o de mi
pareja o de mis padres o de mis hijos”. Siempre hay alguien para echarle la
culpa de todo.
El encuentro del sí mismo es un nuevo nacimiento, es atreverse a existir y poder ser verdaderamente feliz por primera vez.
Malena Lede – Psicóloga
Fuente: “Creer en lo imposible antes del desayuno” –
Osho.
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