La vida puede llegar a ser un calvario, pero no le
podemos echar la culpa a nadie, porque nosotros mismos somos los que nos
forjamos nuestros propios sufrimientos, los que nos ponemos la soga al cuello, los que
permitimos que nos aten las manos y que nos corten las alas, cuando aceptamos
cosas que no hemos ganado con nuestro propio esfuerzo sin pensar que todo tiene
un costo y consentimos encadenarnos y
vivir a expensas de otros.
Somos libres de elegir nuestro destino, sólo que
elegimos mal, tomamos decisiones apresuradas sin pensar en las consecuencias y
sin tener conciencia de que cada decisión nos compromete para siempre, sobre
todo si dependemos de otras personas o si somos responsables de personas que
amamos.
¡Qué podemos hacer cuando nuestras decisiones nos
colocan en una encrucijada sin salida?
Primero hay que pensar que siempre hay salida, sólo que hay que esperar tal vez más de lo
que se está dispuesto a hacerlo, sin
olvidar que fue por no saber esperar que hoy se encuentran en una situación desesperada y luego, será necesario elaborar un plan a largo plazo.
Un plan a largo plazo permitirá recuperar la
esperanza para lograr nuevos objetivos y construir un nuevo proyecto de vida.
Las crisis son necesarias porque permiten crecer y
madurar porque solamente en las situaciones límites se puede cambiar y aprender
a aceptar nuevos desafíos.
Algunos hombres que han tenido una vida fácil no tienen
oportunidad de crecer, siguen siendo niños siempre, y cuando dejan de tener el
apoyo de los padres pueden ser incapaces de sobrevivir sin aferrarse a alguien o a
algo, como las drogas o el alcohol. Siempre transitan por el camino más corto y
placentero, se quejan pero no hacen nada, incluso son desagradecidos con los
que intentan ayudarlos, responsabilizan a los demás de sus desgracias y se
convencen de tener mala suerte.
La mala suerte no existe, sólo existen las
consecuencias de nuestros propios actos.
La decisión de separarse por no poder seguir tolerando una relación insostenible implica para una mujer
atravesar por una serie de trastornos muy difíciles de enfrentar.
En primer lugar tiene que pensar dónde va a vivir y con quien, porque no es cuestión de salir de una
encrucijada para caer en otra aún peor.
Luego tiene que saber cómo se va a mantener; y si tiene niños, con quien los van a dejar,
si es que tiene que trabajar.
Esa mujer no puede depender de un marido que le ha
demostrado no ser responsable y menos cuando decide dejarlo.
Las mujeres que tienen hijos se suelen transformar
en heroínas y son capaces de realizar verdaderas hazañas; sin embargo no
deberían desafiar a la razón, tendrían que cultivar la paciencia, saber esperar
el momento, aferrarse a un proyecto y aprender a perseverar para cumplirlo.
El tiempo pasa rápido y aún más cuando sentimos que
estamos haciendo lo correcto. Es como si
nos alineáramos con el entorno y todo se ordenara para que nosotros podamos conseguir lo
que nos hemos propuesto.
Es necesario evitar las acciones impulsivas y
razonar, aprender a ser prudente y estable y a no tomar decisiones sin pensar, saber esperar, perseverar y aprovechar el tiempo para prepararse para el cambio.
Malena Lede – Psicología Malena Lede
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