El avance de la
tecnología está reemplazando el uso del cerebro, como por ejemplo datos que antes guardaba
nuestra memoria, como números de teléfonos, fechas de cumpleaños, citas, turnos
médicos, compromisos, listas de compras, invitaciones, etc.
El teléfono móvil
hace todo esto mejor que nosotros sin ningún esfuerzo y sin olvidarse de nada.
Sin embargo,
obligarse a memorizar de todos los datos que necesitamos y nuestros
compromisos, puede acelerar los efectos nocivos del envejecimiento o de ciertas
enfermedades que afectan el cerebro.
Está comprobado que
no hay una relación directa entre la degeneración neuronal y las
manifestaciones clínicas. Una persona
puede presentar deterioro cerebral y sin embargo razonar y vivir normalmente en
tanto que otras con un mejor estado neuronal pueden padecer de serios problemas
para razonar y memorizar.
El hecho es que la
función hace al órgano y que es obvio que es imprescindible el uso de las
facultades mentales para conservar la lucidez más tiempo.
En consecuencia, es
muy probable que los aparatos que reemplazan a nuestra memoria harán que
nuestros cerebros cada vez más pierdan la facultad de recordar y por ende de
razonar.
La facultad de
la memoria no es sólo recordar sino
también relacionar conceptos, crear, inferir consecuencias, proyectar el
futuro, aprender cosas nuevas, conservar conocimientos, experiencias o sucesos,
etc.
El aprendizaje
permanente y practicar actividades aumenta el volumen de la sustancia gris y
hasta su densidad. Una de las
propiedades del tejido nervioso es que la experiencia mental modifica la
estructura del cerebro aún mucho después de finalizado su desarrollo. La
experiencia mental consiste en relacionar muchos hechos posibles a otro.
El sistema nervioso
puede cambiar y el ejercicio cerebral no sólo lo modifica sino también
multiplica las conexiones entre las neuronas, aumentando en consecuencia la
capacidad del cerebro.
Aprender de memoria
poesía o canciones rejuvenece al cerebro y nos protege del paso de los años.
Malena Lede –
Psicóloga
Fuente: “Mente y
cerebro”; Investigación y Ciencia; No.43/2010
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