NOSTALGIA DEL PASADO - Psicóloga Malena Lede

Nuestro cerebro no registra con total fidelidad lo que hemos vivido en el pasado; lo puede conservar,  pero modificado.  Seguramente este es un mecanismo de defensa que tiene el organismo para evitar que los hechos ocurridos no lleguen a perturbar demasiado el presente.

Los recuerdos del mismo accidente experimentado por distintas personas, suelen ser diferentes, de modo que muchas veces es difícil para los investigadores de ese episodio, determinar cuál es el relato que se aproxima más a la verdad.

Según como vemos el mundo es como lo experimentamos; de manera que un acontecimiento del pasado que para unos fue intrascendente, para otros pudo haber resultado traumático y perturbar su vida actual.

Los hermanos suelen recordar las mismas experiencias de la infancia en forma distinta.  En estos casos influye el lugar que ocupan en la familia, la relación con los padres, el carácter, el sexo, la edad y el grado de adaptación a las circunstancias.

Cada persona es única y tiene un modo de vivir las experiencias diferente, por lo tanto, registrará los recuerdos en su memoria de una manera singular.

Pero también existe una memoria colectiva, no necesariamente de hechos experimentados durante la propia vida sino de estilos de vidas de otras épocas.

La historia, el cine, la literatura o el teatro, nos permiten saber cómo vivían los seres humanos en el pasado y cómo era su calidad de vida, también desde la perspectiva del relator.

El siglo pasado, con sus guerras, sus hambrunas, sus pestes y la grandeza y creatividad de muchos grandes hombres y mujeres, atrae a esta generación que es tan diferente.

Admiran las costumbres, la moda, la educación, el respeto entre las personas y la moral y entrega de tantos políticos que se ganaron un lugar en la historia.

Las guerras en Europa son recordadas con nostalgia por muchos,  más por incentivar el valor del amor a la patria que por todos los muertos que provocó.  Cada día podía ser el último y esa dimensión trágica que representaba la lucha por los ideales,  le otorgaba un mayor significado a la vida.

Tanto es así que muchos soldados que arriesgaron sus vidas en el frente no pudieron adaptarse a vivir en paz en el país que habían defendido y decidieron emigrar a Amèrica..

El pasado casi siempre adopta una aureola de romanticismo y se empeña en dejar impreso en la memoria lo mejor, o sea los actos de heroísmo, la constante incertidumbre, la camaradería de los cuarteles, la zozobra de los bombardeos que borraba toda discordia y lograba unir sin distinción de ideología a las personas. 

Esa nostalgia, por alguna razón, tal vez para permitir a la gente seguir viviendo,  omite por lo general lo sufrido, las noches sin dormir, la pérdida de los seres queridos y de todas las pertenencias, el hambre y el peligro constante de perder la vida.

Después de las guerras todos tuvieron que volver a empezar, la mayoría desde abajo, en otro país, con otro idioma y otra cultura.  No fué fácil pero lograron sobrevivir y comenzar de nuevo, logrando dejar atrás todos los horrores vividos.

Malena Lede