Todos sabemos que ni bien alguien obtiene alguna forma de poder en un grupo humano, al mismo tiempo surge en esa persona la forma de usarlo, no para beneficio de ese grupo sino para su propio bienestar personal y el de su familia.
El abuso de poder no existe sólo en personas que comparten determinada bandería política sino que se extiende y corrompe a personas de todas las ideologías; poniendo de manifiesto toda la gama de defectos humanos como el egoísmo, la vanidad, la ambición, el amiguismo y el irrefrenable deseo de perpetuarse en el poder para no perder todos esos privilegios.
En este país todos los días tenemos que enterarnos forzosamente de todas las fechorías que hacen los políticos por medio de los medios de comunicación, que no dejan pasar ni un solo comportamiento doloso, no porque los dueños de los medios sean mejores, sino para incrementar su circulación o audiencia que obviamente se traducirá en mayores ganancias.
Hoy escuché otra conducta reprochable por parte de un funcionario público que en estos días está padeciendo de covid19.
Como es habitual en los funcionarios públicos desde el Sr. Presidente para abajo, todos los políticos, cuando se enferman, jamás concurren a un hospital público, sino que se internan en clínicas privadas.
Este fenómeno pone en evidencia una gran contradicción, porque se enorgullecen de inaugurar centros de salud, hospitales, salas de primeros auxilio, etc., pero ellos son los primeros en evitar utilizar esos servicios, como si ya supieran lo que les espera.
¿Qué esperanza les queda a todos aquellos que tienen que recurrir a un hospital público si los mismos que los inauguran no confían en ellos? Ninguna, sólo depender de la suerte, de las circunstancias, de los conocidos influyentes o de su fe en Dios.
Este político que hoy denuncio también a través de este medio, no sólo se internó en un hospital privado sino que se hizo traer del hospital municipal un respirador, porque se enteró que en la coqueta clínica donde estaba alojado no tenían ninguno.
No importa la bandería política que representa porque me doy cuenta que en ninguna de ellas parece no existir nadie capaz de mantenerse incorruptible y que al contrario con su ejemplo están enseñando a todo el país que cuando las papas queman todo vale.
Así educan al soberano, con un bochornoso ejemplo, abusando de su poder para pedir un respirador al hospital municipal, en lugar de internarse allí que es el centro asistencial municipal que cuenta con los medios adecuados.
Esas actitudes lo dicen todo de un ser humano, no su posición ni sus dichos, porque sólo son las acciones que elige realizar esa persona, las que definirán quien es o quien ha sido.
Malena Lede
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