DESPUES DE LA PANDEMIA -

 

 INTRODUCCION


        La intención de este libro es investigar sobre las consecuencias que desde el punto de vista psicológico pudo haber provocado la pandemia de Corona Virus en la gente después de haber sufrido aislamiento, pérdida  de familiares, quebrantos  laborales, desempleo, angustia económica, miedo al contagio, quiebras, cambios de domicilios involuntarios, alejamiento de los familiares, etc.

           Gracias a las vacunas se puede decir que aunque en algunos países todavía existan algunos picos de nuevos contagios, esta pandemia  que asoló al mundo durante más de dos años está siendo superada.

           Esto no quiere decir que hayamos erradicado el virus, porque este virus continuará existiendo,  pero ya se han desarrollado defensas para neutralizarlo y ahora se incorporará a la larga cadena de virus que existen en este mundo, que tal como nosotros, desean continuar existiendo,  y que tendremos que continuar controlando periódicamente, tal como se hace con otras enfermedades endémicas.

          No nos olvidemos que los virus no sólo destruyen vidas sino que en gran medida han sido precursores de la vida hace miles de millones de años en este planeta.   Pero en este momento de la historia, por causas que todavía están siendo investigadas, esta nueva cepa hizo que les cambiara la vida a muchos y a otros se las arrebatara.

          Afortunadamente no hay mal que dure cien años y por fin nos hemos liberado de las severas restricciones y hemos podido salir del encierro forzoso, muchos han podido recuperar sus trabajos, continuar con su estilo de vida habitual tomando apenas unas pocas precauciones fáciles de respetar.

         Sin embargo, nada será como antes porque siempre resulta difícil recuperar lo perdido, aceptar haber desperdiciado más de dos años de nuestras vidas, haber tenido que abandonar proyectos, perder  oportunidades, dilatar decisiones, sacrificar viajes, diversiones, reuniones con amigos, festejos, salidas, relaciones y postergar planes.

        Esta pandemia nos ha costado a todos lo más preciado que tenemos que es nuestro tiempo y a muchos hasta su trabajo, pero también hemos aprendido a estar más con nosotros mismos, a conocernos mejor, a aceptar lo inevitable, a conformarnos con los hechos, y hasta atrevernos a enfrentar la enfermedad y la muerte.

       Hoy, todos los que hemos logrado sobrevivir, a pesar de los quebrantos y las pérdidas, tenemos que volver a empezar, continuar construyendo, planificando y proyectando el futuro, siendo capaces de reinventarnos y cambiar. 

       Sin embargo esto no será fácil para muchos porque el daño psicológico ya está hecho, la experiencia ya fue vivida, la cicatriz queda, y cada nueva situación eventual de peligro o encierro volverá a recrear lo vivido.

      Porque la mente registra los más mínimos detalles que creemos olvidar dejando una impronta en nuestro disco rígido de cada hecho, emoción, dolor, tristeza, temor que vivimos para siempre, que sin duda repercutirá en nuestra conducta o respuesta futura.

   Los acontecimientos colectivos, como son las guerras, las catástrofes naturales o en este caso una pandemia,  provocan cicatrices psicológicas muy difíciles de manejar, porque el conocimiento de los hechos nunca es fidedigno y la tendencia de las personas es completar lo que falta con su imaginación que por lo general tiende a agravar los hechos que ignora.

   Por demasiado tiempo el mundo que nos rodea se redujo al grupo íntimo familiar y fueron desapareciendo del escenario de nuestras vidas los actores de reparto, quedándonos solos desempeñando el papel de protagonistas de una obra sin público.

   Así es como se puede a llegar a pensar que la vida parece perder su  sentido cuando un hecho inesperado e inevitable,  nos obliga a cambiar, a aceptar las pérdidas, a comenzar de nuevo.

  Ahora es el momento de cuidar nuestra salud mental, de mantenernos equilibrados ante la adversidad para poder seguir adelante sin miedos, recuperar la esperanza y tener el coraje suficiente para enfrentar los nuevos retos de este mundo tan inestable, tan complejo y tan dividido en el que nos sentimos cada vez más solos.

Malena Lede