Tenemos una concepción intelectual dualista
de las cosas por lo cual consideramos que el mundo real es donde podemos
experimentar el placer y el dolor, el bien y el mal, sin embargo, la
experiencia de la no dualidad, en la cual no hay conflicto alguno se puede
tener una visión inmensamente comprehensiva de la unicidad.
La dualidad no nos permite ver la realidad
como es sino como producto de las propias proyecciones, lo que produce mucha
insatisfacción e incertidumbre.
Este libro describe la experiencia de la
muerte con respecto al cuerpo hasta que se pierde el último contacto con el
mundo físico; cuando el espacio o conciencia se disuelve y aparece un sentido
de luminosidad interior, un resplandor interno que nos vuelve indiferentes y
dispuestos a abandonarnos. Se trata de
una experiencia intensa de unicidad en la cual ya no existe la dualidad.
Abandonar la lucha es la condición para que
la luminosidad se presente naturalmente y se llegue a lograr el estado
despierto de la mente, lo que permite la captación de alguno de los seis reinos,
desde el punto de vista de diferentes tipos de instintos.
El reino del Infierno: en el cual uno trata
de luchar contra algo que cree que tiene que vencer y destruir.
El reino de los espectros famélico, un vivo
sentimiento de frustración, de un hambre fundamental insaciable, basado en la
comprensión de que ya lo tenemos todo pero no nos es posible disfrutarlo.
El reino del animal que se caracteriza por
la ausencia de sentido del humor, que se puede apreciar en los animales que
desconocen el sentido del humor y viven
las situaciones como si nunca fueran a dejar
de ser sólidas.
El reino humano, que se caracteriza por la
pasión, el deseo de explorar y gozar, de ir a la búsqueda, de desarrollarse, y del intento
constante de enriquecer.
El reino de los dioses celosos y de la
envidia, basado en la voluntad de sobrevivir y vencer.
El reino de los dioses o del orgullo,
embriagado por el propio yo, o sea la sensación de volver a ser algo
centralizado y no sentirse perdido en la luminosidad.
Los seis reinos del universo son la fuente
de la existencia más allá de la vida.
El bardo se encuentra entre la cordura y la
locura, entre la confusión o la
sabiduría o entre el morir y el renacer.
No es visión, ni percepción ni conocimiento, es el período intermedio.
El concepto de bardo pertenece a la creencia
hinduista basada en la idea de la reencarnación, el paso intermedio entre una
vida y otra en la eterna rueda del “Samsara” de nacimientos y muertes.
Malena Lede
Publicar un comentario
Muchas gracias por participar de este espacio!