Cuando una persona se encuentra en un estado de conciencia más plena, comienza a percibir algunos fenómenos psíquicos que antes no experimentaba.
En primer lugar, se da cuenta que no le preocupan más las cosas que antes la agobiaban, que se siente más tranquila y confiada y que su vida se ha transformado al adquirir mayor paz y sosiego. Y más importante que todo eso es que ya no siente la necesidad de luchar contra la adversidad porque los problemas no le molestan.
Al mismo tiempo, al dejar que las cosas ocurran sin forzar nada y lograr desapegarse de los resultados, comienzan a manifestarse muchos sucesos deseados, sin haber hecho nada.
Muchos podrían adjudicar estos fenómenos a la casualidad o a una racha de buena suerte, pero parece que se trata de mucho más que eso.
La confianza, el optimismo, la buena voluntad y el hecho de no aferrarse a nada puede hacer que ocurra lo que se desea, sin hacer los esfuerzos que se creían se necesitaban, como si alguien tomara las riendas del asunto y se ocupara de todos los detalles.
Esta fuerza desconocida, que colabora para lograr cualquier noble propósito, ha sido atribuida a lo largo de la existencia de la humanidad, a algo superior, que al mismo tiempo es el que se encarga de la evolución del Cosmos.
Por esta razón, las religiones han podido sobrevivir milenios, porque es innegable que hay algo más que actúa a favor de lo que se encuentra alineado al orden del Todo.
La fe en esa fuerza poderosa puede mover montañas, cuando se puede estar seguro de estar participando en el desarrollo de la evolución universal; por eso es tan importante creer en sí mismo, y tener la posibilidad de contribuir con la totalidad, teniendo la convicción que todo se puede lograr y visualizando los resultados como una realidad.
Este es el nivel en el que ocurren los milagros.
Todos los que atentan contra la continuidad de la vida de sus semejantes para satisfacer ambiciones personales de poder, a lo largo de la historia de la humanidad han terminado mal.
Así fue y así será: y el que sabe mirar los acontecimientos en su totalidad, lo puede comprobar.
Malena Lede
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