EL VALOR DEL TIEMPO PRESENTE - Psicología Malena Lede

  

  Si prestáramos atención, y fuéramos capaces de vivir estrictamente el momento presente, sin pensar en el futuro o el pasado, seríamos seguramente más felices.

  Vivimos pre ocupados por lo que va a pasar y recordando el pasado, todos los pesares, sinsabores y experiencias que tememos se repitan y nos hagan sufrir,  mientras el hoy, el ahora,  pasa desapercibido.

  Cómo hacer para estar siempre en el presente atento y dispuesto, sin esperar nada y sin los recuerdos que se activan con cada experiencia?

  Prestando atención hoy, estando conscientes de cada momento, cada experiencia, cada acción.

  El presente es perfecto y feliz si no pensamos en qué pasará mañana, el mes que viene o el año próximo.

  Pocas veces lo que pensamos que podría suceder, sucede, sin embargo, la mente nos traiciona y como si fuéramos adivinos y pudiéramos leer el futuro nos hacemos toda la película.  

  Aún cuando la experiencia del pasado nos indique la gran probabilidad que tiene un hecho de producirse, nunca es del cien por ciento, porque  en esta realidad, no existe ningún conocimiento que sea infalible, ni seguridad absoluta sobre causa y efecto.

  Se puede vivir una vida sin miedos, ansiedad o dolor si nos liberamos de la mente que piensa y que no nos permite vivir plenamente en el presente.  La mente, que crea realidades inexistentes, que pretende adivinar el futuro.

  No se puede cambiar el pasado pero sí se puede superarlo aceptándolo y viviendo cada momento de la vida relajado sin intentar manipular nada, dejando que las cosas sigan su curso natural.

  Estar despierto y plenamente consciente, liberándose de todo pensamiento, es la clave para vivir sin sufrimiento.

  Cuántas veces nos preguntamos ¿por qué me preocupé tanto?

  Si  es verdad que la vida es puro pensamiento, entonces somos nosotros los que provocamos los hechos, pero aunque no sea así, aunque la materia exista realmente en el tiempo y el espacio, también con nuestra manera de pensar y de actuar en gran parte podemos hacer que se produzca lo que más tememos.  Porque la atención y la intención favorece  los acontecimientos.

     Podemos ser felices cada momento de la vida pero sin desear que dure para siempre, porque lo que hoy nos hace felices tal vez mañana ya no sea lo mismo.

  Si las cosas duraran para siempre no habría cambio ni movimiento, seríamos como entelequias soñando imposibles.

  Los momentos de la vida pueden ser hermosos precisamente porque tienen una duración limitada y nada es eterno.

  Hay que lograr ser feliz hoy, en este momento, prestando mucha atención a lo que estoy haciendo, a lo que está pasando, tratando de captar cada detalle, cada movimiento, cada experiencia, cada sentimiento. 

Malena Lede