ES POSIBLE CURARSE A SI MISMO - Psicología Malena Lede

    

Tanto la medicina tradicional como la Psicología clínica reconocen que cuando una persona es infeliz puede enfermarse gravemente y hasta morir,  porque somos un cuerpo y una mente unidos y la infelicidad es la primera señal de peligro que se tiene que respetar, .

      Los recursos de la medicina tradicional, aunque imprescindibles,  no siempre son suficientes. Los medicamentos, las vacunas, la cirugía y todos los tratamientos que existen pueden curar muchas enfermedades, pero también pueden no ser suficientes cuando no van acompañados de un cambio psicológico personal, porque un cambio mental puede ser muy poderoso para recuperar la salud.

    Es importante saber que el estrés crónico y la enfermedad son las dos caras de una misma moneda y que una determinada actitud frente a la vida puede favorecer la aparición de muchos males físicos. 

   No sentirse satisfechos, exigirse demasiado sin lograr los resultados deseados, no ser reconocido en el trabajo, tener dificultad para relacionares socialmente, no poder aceptar las pérdidas, los quebrantos, las desilusiones o los fracasos, son estados de conciencia que bajan las defensas inmunológicas.    Sin embargo, son muchos los que a pesar de sentirse agotados, nerviosos, malhumorados y abrumados  no pueden parar y siguen haciendo lo mismo porque creen que no tienen otra alternativa  o porque no están dispuestos a cambiar, entonces, como último recurso, se enferman.

    Las observaciones clínicas muestran que personas aquejadas de enfermedades autoinmunes con mal pronóstico, obtuvieron grandes mejorías y hasta se curaron totalmente cambiando de forma de pensar y de actuar.  Al cambiar su conducta poco a poco, paso a paso pero sin retroceder resultó para ellas la forma más eficaz de vencer una enfermedad considerada incurable.

   Cambiar no es fácil porque es natural adoptar patrones de comportamiento que de algún modo satisfacen las  necesidades psicológicas más profundas; y que para recuperarse haya que estar dispuestos a renunciar a ellos y cambiarlos por otros más saludables.   

   El cuerpo pide a gritos un cambio, sin embargo estas señales de alarma no son escuchadas y se continúa intentando  cumplir metas cada vez más ambiciosas y difíciles como si el objetivo principal fuese probar hasta dónde se puede llegar.

  La gente se convence de no poder actuar de otra manera porque además es cierto que cualquier cambio en la vida exige abandonar la zona de confort, tener que empezar de nuevo y arriesgarse en momentos que siempre parecen ser inapropiados.

  El cambio puede significar un salto al vacío sin red, sin embargo es un salto cuántico que podría dar como resultado lograr abandonar una realidad enferma y convertirla en otra más sana. 

  Cuando se logra cambiar de actitud en la vida,  el cuerpo también cambia, sus funciones recobran el equilibrio, y la salud se vuelve a restablecer.

Malena Lede