El equilibrio



En el libro "El equilibrio entre la mente y el cuerpo", Osho nos habla de las ventajas de la relajación.

Vivimos en un mundo diseñado para competir, para ganar dinero y demostrar con ello que valemos, obligados a correr para llegar primero.

La sociedad nos enseña a convertirnos en adictos al trabajo y a sentir culpa si somos felices o si disfrutamos de la vida.

La relajación puede permitirnos salir de ese condicionamiento y enseñarnos a vivir una vida relajada, sin apuro y sin miedo y elevarnos a un nivel de conciencia más elevado en poco tiempo.

La naturaleza no se apura, los animales no se preocupan, todo es armonía.

La relajación proporciona felicidad y éxtasis y conduce a la meditación, que es la forma más profunda de relajación.

Comienza relajando todo en tu vida, tus actos, tus pensamientos, tus movimientos.  Relaja tu forma de caminar, de comer, de hablar, de escuchar, de trabajar y evita estar apurado en todo.

Aprende a disminuir la velocidad en que vives tu vida;  tienes todo el tiempo del mundo, tienes toda la eternidad; porque somos eternos y siempre estaremos aquí de algún modo.

El cielo, el infierno y el paraíso están aquí en la Tierra, ahora.  El infierno es estar tenso, el cielo es estar relajado y el paraíso es estar totalmente relajado.

Para relajarte tienes que entregarte, confiar, dar, amar, aceptar, dejarte llevar por el corazón y olvidarte de tí mismo.

Empieza relajando tu cuerpo, diciéndole que se relaje y verás que te hace caso.

Descubre cuál es la parte de tu cuerpo que está tensa y háblale para que entienda que estará mejor relajada, que no tiene que tener miedo.  Tu cuerpo te escuchará y logrará finalmente relajarse totalmente.  Sentirás un gran placer, como un éxtasis.

Luego dile a tu mente que se relaje, porque si tu cuerpo te obedeció tu mente también lo hará.

Después que logres relajar tu mente relaja tu corazón, el mundo de tus emociones, de tus sentimientos.

Por último, relaja el centro de tu existencia, lo más interno de tu ser.

Tensión quiere decir apuro, impaciencia, ansiedad, miedo, duda.

Estar tenso significa tener miedo al futuro, miedo de no poder enfrentar la realidad, y este miedo nos obliga a vivir a la defensiva.

Relájate todos los días el tiempo que puedas, media hora, una o dos horas y tendrás una mejor percepción de ti mismo.

Fuente: "El equilibrio entre la mente y el cuerpo"; Osho.