¿El mujeriego nace o se hace? - Psicología Malena Lede



Desde el punto de vista genético el hombre es una especie depredadora, posee el instinto de cazador para sobrevivir, de reproductor para la conservación de la especie y de territorialidad para la defensa del lugar donde habita.

Aunque a través de los siglos, nuestra especie ha sufrido muchas mutaciones genéticas, conserva los instintos primitivos en sus genes, los cuales, en buena parte, la humanidad ha sabido canalizar por medio de la cultura, sin poder evitar que todavía continúen subsistiendo latentes en su constitución básica.

Esto explicaría de alguna forma por qué todavía existen las guerras, la violencia y los crímenes pasionales, flagelos que usualmente se manifiestan, cuando por alguna razón orgánica o adquirida, fallan los mecanismos inhibitorios y los impulsos instintivos pasan directamente del cerebro primitivo a la acción, sin alcanzar el nivel cortical.

La educación y la cultura ha conseguido que gran parte de la humanidad se eleve por sobre los instintos y desarrolle su intelecto y su espíritu, pero no todos han podido acceder a este nivel de desarrollo, ya que la experiencia nos demuestra que todavía hay muchos, que por distintas razones, permanecen dominados por sus impulsos, actuando en forma primitiva, fruto de un modo de pensamiento arcaico.

Está comprobado que la mayoría de los violadores son hombres que han sido abusados en forma reiterada por sus familiares siendo niños, en una etapa temprana del desarrollo psicosexual; lo que puede provocar en esa persona sometida sexualmente, la intención de hacer padecer a su víctima de la misma humillación sufrida y al mismo tiempo tener la oportunidad de vengarse de esa experiencia traumática; siendo esta condición adquirida y no innata.

En cuanto al mujeriego, suele ser alguien que ha aprendido a disociar la sexualidad del afecto y que no puede ligarse afectivamente a una mujer en particular, porque ninguna lo satisface plenamente, lo que lo obliga a pasar de una aventura a otra

El mujeriego fracasa en esta búsqueda porque le resulta infructuosa, ya que en realidad lo que está buscando no es a una mujer sino a un hombre.

Desde el punto de vista psicoanalítico, el mujeriego ha desarrollado una identificación sexual negativa, ha quedado fijado a la madre y quiere tener a su padre, lo cual lo lleva a la búsqueda de una mujer que no existe porque en realidad lo que anhela es a un hombre.

La paradoja es que el mujeriego, que a través de sus hazañas con las mujeres parece tan hombre, resulta ser un homosexual latente, que logra encubrir sus deseos inconscientes y demostrar su virilidad asumiendo el rol de “Don Juan”.

Sin embargo, cuantas más mujeres tenga el mujeriego en su historial, mayor será su insatisfacción personal y su vacío existencial.

Malena