Investigaciones
científicas han confirmado que bailar tango es bueno para la salud física y
mental.
El tango tuvo un
origen legendario, supuestamente a mediados del siglo 19 y se difundió con el ingreso a la Argentina de
inmigrantes europeos.
Música orillera que
sólo se escuchaba en los arrabales y que posteriormente comenzó a bailarse en
los boliches del puerto, o en los patios de las casas de inquilinato
En los salones
elegantes el tango era inconcebible, porque en ese ambiente escandalizaba el
atrevimiento de los bailarines que eran capaces de bailar pegados como
estampillas.
Gardel hizo del tango
una leyenda y su trágica desaparición lo convirtió en un mito.
Con el tiempo el
tango ganó su lugar en los ambientes de clase alta tanto en Argentina como en
Europa, con el valioso aporte de grandes poetas e intérpretes.
Este ritmo que
nació en los arrabales es una combinación de ritmos, centroamericanos, criollos
y africanos enriquecido con el aporte de los payadores pueblerinos.
Bailar bien el
tango es un gran desafío por la complejidad de sus movimientos pero además se
ha comprobado que también es un ejercicio saludable.
En la actualidad se
ha convertido en un buen negocio y cada vez más son las personas que se dedican
a alguna actividad relacionada con esta música.
Los estudios
científicos realizados sostienen que bailar tango influye positivamente no
solamente en el estado de ánimo sino que también ayuda a mantener el corazón
saludable; mejora el flujo sanguíneo y
la presión arterial, fortalece los músculos, aumenta la masa muscular, previene
la osteoporosis, disminuye el colesterol total, mejora la tolerancia a la
glucosa y alivia los síntomas de ansiedad y depresión.
Neurólogos y
psiquiatras están de acuerdo en afirmar que bailar tango con regularidad estimula
la función cerebral y favorece las relaciones sociales; y que el obligado contacto
físico que obliga esta danza, estimula la liberación de oxitocina, hormona de los vínculos, que está asociada a
la disminución del colesterol y de la presión arterial.
Malena Lede –
Psicóloga
Publicar un comentario
Muchas gracias por participar de este espacio!