LA COMUNICACIÓN COMO ARMA DE GUERRA - Psicología Malena Lede


Nos hemos acostumbrados a recibir infundios a través del Whatsapp, que lleva a gente bien intencionada a difundirlos sin saber bien la fuente que los origina ya que son mensajes que se transforman en verdaderos virus informáticos que nadie puede constatar de dónde vienen.

Creo que es necesario tomar conciencia de que sin querer estamos ayudando a grupos de personas con malas intenciones que, a pesar de estar viviendo de los haberes que reciben por su trabajo, están haciendo lo posible para destruirlos por presuntos problemas gremiales.

Cualquier problema laboral que tienen algunas personas puede justificar una campaña encarnizada, disfrazada de buenas intenciones,  para  vengarse a través de la red y causar mucho daño.

Por esta razón, es necesario ser consciente y antes de difundir un mensaje que puede alterar la paz y la tranquilidad de mucha gente, más en lo que se refiere a la salud y los medicamentos que consume, pensar bien y cerciorarse si existe alguna prueba tangible que lo confirme.

No se puede servir a intereses de personas inescrupulosas que sólo piensan en su situación particular y a quienes les importa muy poco lo mal que pueden hacer a los demás y también al país.

Cada vez que recibo estos mensajes que se refieren al desprestigio de empresas argentinas sobre medicamentos que suele estar tomando una alta proporción de la población, los destruyo, porque como en toda campaña de desprestigio, los responsables se ocultan en el anonimato y en la imposibilidad de localizarlos.

Si realmente existiera un peligro real para la población en este sentido, lo que corresponde es hacer la denuncia en el ente regulador que corresponda y de esa manera todo el mundo podrá enterarse y no sólo los que tenemos whatsapp.

No se conviertan en idiotas útiles manejados por teóricos baratos de doctrinas perimidas que han demostrado haber fracasado en todo el mundo y que ya se les están agotando las argucias para lograr adeptos.

Existen antecedentes similares de intentos de desprestigio en otros países contra empresas multinacionales que fabrican productos de consumo masivo,  que posteriormente resultaron ser falsos, no es raro que esta práctica, que resulta fácil, barata e impune, se implemente a través de whatsapp, que es donde participa tanta gente dispuesta a colaborar, sin saberlo, en actos delictivos.

Hoy en día la comunicación se puede transformar en una poderosa arma de guerra para muchos espíritus descarriados que buscan trascender a toda costa a través del delito, cuando la cabeza no les da para otra cosa.

Estemos atentos y no nos transformemos en sus vasallos.