El Universo, según la ciencia, evoluciona y cambia; mueren muchas estrellas y nacen otras y así ha sido siempre durante incontables eones de años.
Nuestro planeta es apenas un punto en el espacio y nosotros con todas nuestras pequeñeses, ridiculo orgullo, penas, sinsabores, y preocupados soñando en imposibles, sin apreciar lo que tenemos; somos casi indetectables y presuntamente mucho más atrasados que cualquier otra civilización humana que pudiera existir en otro espacio tiempo.
Por eso seguimos, desde hace miles de años, disputándonos el territorio como cualquier otra especie inferior.
A pesar de la supuesta inteligencia humana, de los adelantos científicos logrados y de creer ciegamente en que somos la especie superior, seguimos considerando a los que no pertenecen a nuestro grupo como enemigos.
Otra raza, otro color de piel otra lengua, otra cultura, otra historia, son las excusas que nos separa; y esa diferencia ha servido para derramar mucha sangre de inocentes.
Cada época se destaca por sus avances y tambien por sus retrocesos y en esas luchas estériles no hay vencedores ni vencidos, porque todos pierden.
Se puede ganar una guerra pero tambien se pueden perder muchas vidas. Por eso, como vivir se convierte en un infierno se dejan de lado los valores y sólo se vive el momento.
Las guerras que provocan ciertos líderes para defender el territorio que supuestamente les pertenece , es una forma de catarsis personal de los responsables, que no miden las consecuencias.
Es el modo perverso que tienen los espiritus débiles de poder liberarse del su sentimiento de fracaso personal con la esperanza de recobrar la autoestima.
No hay nadie mas peligroso que un individuo que se siente aislado y rechazado porque es como.un animal herido que es capaz de agredir a lo demas para salvarse.
La mala onda es como una epidemia psicológica, porque se contagia; y el espiritu derrotista y suicida de alguien prominente con el poder suficientese se puede extiender como reguero de pólvora
Así, vemos cómo a nuestro alrededor, en este momento en todos los órdenes de la vida existe pesimismo, una inquietud creciente y el miedo a lo desconocido.
Cómo Cristo en la cruz tuvo que morir para salvarnos, se necesita derramar mucha sangre para que se recuperen los valores perdidos y para que las cosas cambien.
Es un fenoneno cíclico y asi es como todo se repite.
Por eso, volverán los inmigrantes a nuestro país, que está en el fin del mundo, escapando como siempre de las guerras que se propagan con cualquier excusa, porque nosotros, en los hechos, siempre hemos sido neutrales y serviremos como semilla del hombre nuevo, y porque los últimos son los primeros.
Malena Lede
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Muchas gracias por participar de este espacio!
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Muy bueno!!! Tal cual!
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