El padre es una figura esencial para la identificación del varón y también es importante para la mujer.
Pero también es necesario favorecer una presencia femenina sustituta que reemplace a la figura materna, tanto para los varones como para las niñas; que puede ser una abuela, o tía u otra persona empleada para esa función, siendo muy importante que siempre sea la misma.
Porque dos madres equivalen a media madre, tres madres representan un cuarto de madre y más madres son igual a ninguna madre.
El padre que ha quedado solo y trabaja necesitará una buena sustituta que pueda lograr principalmente un buen vínculo afectivo con los niños.
Esta posibilidad puede resolver en gran parte y con eficacia la ausencia de la madre por cualquier motivo.
La escuela solamente no es una alternativa válida, porque los niños necesitan la presencia en el hogar de ambas figuras, tanto paternas como maternas.
La presencia del padre satisface esencialmente las necesidades de autoridad, seguridad y protección y la de la madre las de nutrición y afecto.
Si el padre está solo y el niño no tiene otra figura que reemplace a su madre, deberá proporcionarle a su hijo la satisfacción de las necesidades que se esperan de él y las de la figura ausente.
Un padre por lo general puede realizar una tarea eficaz y estar en condiciones de hacer frente a esta responsabilidad solo, como también lo está una madre, aunque ésta tenga mayores recursos para el desarrollo emocional del niño.
Si la personalidad del padre es fría y distante y se encuentra solo realizando esta tarea, los niños crecerán en un medio similar, con falta de estímulos adecuados que le sirvan de guía emocional para su vida adulta.
La figura de los padres representa un modelo de acción para los hijos, y les servirá como marco de referencia en su vida futura.
Las carencias emocionales infantiles por ausencia tanto del padre como de la madre se reflejarán toda la vida del individuo, perturbando su vida de relación y de pareja e influyendo también en su rol como futuro padre o madre.
En la vida real son más las madres que quedan solas con sus hijos que sus padres y el hecho de que sea lo más habitual no indica que sea lo mejor para ellos.
Una madre sola también necesita proporcionar referentes masculinos para sus hijos, porque si no los tienen pueden afectar su desarrollo sexual en el futuro.
Uno de las causas más comunes de la homosexualidad es el problema de la identificación negativa del varón y de la mujer, por falta de referentes significativos.
Todavía en las sociedades modernas los chicos necesitan tanto a su madre como a su padre, y si esto no es posible, es indispensable para su buen desarrollo, que estas figuras puedan ser reemplazadas por personas significativas que puedan vincularse emocionalmente con ellos.
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